jueves, 29 de noviembre de 2007

Una Gran Noche de Hotel 3ª Parte

Aquí continúo con la historia.

Recogí mis ropas y me fui a bañar. Lloré como nunca, me sentía violada y humillada, abrí la ducha y dejé que el agua recorriera mi cuerpo me dolía el culo y no sabía que hacer.

Terminé de bañarme, me vestí y salí a caminar en ese preciso momento suena el móvil que Roberto me había dejado. Atendí y en cuanto escuché su voz me puse a llorar como loca nuevamente, le comenté lo sucedido y el solo hecho de escucharme y dejarme descargar mi bronca me tranquilizó aunque aún más lo hicieron sus palabras. Me dijo que me tranquilizara y que no dejáramos de vernos esa noche, y que dejara todo en sus manos que él lo iba a solucionar y que dejara en casa el móvil que él me había dado.

Volví a casa, llené la bañadera y volví a meterme para relajarme y esperar que llegara el momento del encuentro. Mi impaciencia hizo que largo rato antes de la hora ya estuviese cambiada y lista para irme. Cuando estoy a punto de salir, mi marido me tome de un brazo y me dice:

- No estas demasiado arreglada para solo un encuentro con tu amiga? espero que tu culo de puta te haga recordar lo que eres.

Sin contestarle, le di un beso y me fui.

Puntualmente llegué a la casa de mi amiga, toqué el timbre y ya Roberto estaba ahí. vino a abrirme y nos dimos un muy fuerte abrazo y un muy apasionado beso. En sus brazos yo me sentía fuerte, segura, respetada, tranquila y amada, con lágrimas en los ojos recosté mi cabeza sobre su hombre y le dije que lo amaba y que necesitaba su ayuda. Me abrazó muy fuerte, me besó tiernamente en la mejilla y me invitó a pasar. Adentro estaba mi amiga con quien también me abracé y la cuál al ver la situación en especial y la mía en particular decidió dejarnos solos y se fue.

Nos quedamos solos y le conté nuevamente lo ocurrido, me dijo que él lo iba a solucionar, que me quedara tranquila, que nunca más Carlos me iba a tratar así y que hoy solo me dedicara a disfrutar y a pensar en mí. Me hicieron muy bien sus palabras y me hicieron dar cuenta que había algo muy cierto hacía mucho tiempo que no pensaba en mi y con Roberto podía hacerlo.

Con Roberto he hecho las cosas más locas y es raro para poder explicárselos, pero debo reconocer que con él he hecho todo tipo de cosas, pero él sabe como, cuando, que, y donde quiero hacerlas. Fue una noche muy romántica, fuimos a cenar, me compró flores, fuimos a tomar algo y nos hacíamos sentir bien con cada palabra, con cada gesto, con cada mirada. Volvimos a la casa de mi hermana y nos pusimos a escuchar música en un sillón.

Nos abrazamos y empezamos a besarnos y a acariciarnos pensé que después del día que había tenido no hubiese querido tener sexo por un largo rato, pero el estar con él hacia que sintiera todo lo contrario era como estar en otro mundo.

Nuestros besos y caricias eran cada vez mas calientes, yo comencé a acariciarle las piernas sobre sus pantalones hasta llegar a su polla que se encontraba tremendamente dura y hacía un gran bulto en sus pantalones, pase mi mano sobre ella y sentí que explotaba por salir mientras tanto, él pasaba su brazo por sobre mi hombro y comenzaba a acariciarme las tetas.

De a poco fue desprendiendo los botones de mi camisa y rápidamente mis tetas quedaron al descubierto solo sostenidas por mi corpiño, el cuál también con mucha suavidad desprendió dejándolas totalmente libres.

Yo seguí acariciando su enorme bulto y lentamente le desabroché el pantalón y bajé su cierre y comencé a acariciarle la polla sobre su calzoncillo primero y luego metiendo la mano dentro de el, era increíble lo caliente que estaba y como su polla pujaba por salir de su encierro me arrodillé entre sus piernas y le bajé su pantalón y su calzoncillo liberando a su polla que de un salto quedó frente a mi cara. Su polla estaba tremendamente grande, gruesa y dura como un gran cañón que me apuntaba, se la veía venosa, fuerte y su cabeza de ese color rojizo morado bien hinchada.

Mientras él se quitaba la camisa hasta quedar completamente desnudo, empecé a lamer su polla y a disfrutar intensamente lo que hacía, lamí por completo su tronco y su enorme cabeza y volví a recorrerlo con mi lengua hasta llegar hasta sus huevos mi lengua recorría una y otra vez su tremendo tronco dejándolo brillante con mi saliva y con mi mano, que no alcanzaba a cerrar alrededor de esa tremenda barra de carne, comencé a masturbarlo.

Cada vez se ponía mas y mas gruesa, cada vez mas y mas dura, cada vez mas y mas caliente y se inclinó sobre mi deslizando sus mano por mi espalda hasta llegar a mi cintura y por donde la metió por dentro de mis pantalones acariciando el comienzo de mi culo, lo ayudé a quitarme los pantalones y quedé solo con una diminuta tanguita que me había comprado solo para mostrarle a él y sin perder mas tiempo seguí chupando y disfrutando de esa enorme y deliciosa polla que tenía frente a mi.

Lamí y relamí cada centímetro de ella poniendo especial énfasis en su enorme cabeza, mientras él no dejaba de acariciar mi cuerpo, mis tetas y apretar suave y firmemente los pezones. Su cuerpo se arqueaba demostrando el placer que con mi mamada le estaba causando hasta que abrí lo mas que pude mi boca y comencé a introducir su cabeza en ella.

Sinceramente debo confesarles que me costo mucho esfuerzo poder introducir su monstruosa polla en mi boca pero finalmente lo logré, y solo quedaba espacio para que le de suaves caricias con mi lengua dentro de ella a la vez que lo masturbaba con las manos y finalmente con la boca también. Tanto su excitación como la mía eran tremendas yo estaba totalmente mojada y él con su respiración entrecortada me hacía suponer que pronto acabaría, pero me tomó de la cintura y me hizo acomodar al costado suyo en esta oportunidad fue él quien se colocó entre mis piernas y comenzó a besarme.

Primero fue un dulce y suave beso en mis labios, luego en mis mejillas y suavemente fue bajando por mi cuello recorriéndolo con su lengua siguió por mi cuerpo y se detuvo en mis tetas, a las cuales apretó, chupó y jugó con su lengua en mis duros pezones y dándole pequeños mordiscos, colocó su cara en medio de mis tetas y besaba y chupaba alternativamente a cada una de ellas, sus manos bajaban recorriendo mi abdomen hasta llegar a mi vajina, sus dedos recorrieron toda mi rayita y posteriormente uno de ellos se paró sobre el duro botoncito en el que se había transformado mi clítoris y comenzó a masturbarme.

Me sentía en otro mundo y estaba totalmente entregada, mi cuerpo se estremecía ante tanta dosis de placer, su dedo pulgar siguió masturbándome y ante la mas mínima penetración de su dedo mayor en mi vajina, estallé en un intensísimo orgasmo, mis jugos chorreaban intensamente desde mi interior. Roberto siguió recorriendo con su lengua mi cuerpo hasta llegar a mi vajina empapada en mis propios jugos, primero la lamió de un extremo al otro y luego su lengua se detuvo a jugar con mi clítoris que para ese momento estaba ardiendo.

Bueno mañana os cuento como me fue con Roberto.

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