jueves, 10 de julio de 2008

En El Cine Porno 2ª Parte

Bien aquí os sigo contando me aventura en el cine.

Rápidamente, me dirigí al baño y me pude percatar que estuvimos cerca de media hora en esos sensuales y excitantes momentos de sesiones de sexo prohibido y por el nerviosismo que me embargaba producto de la tremenda ansiedad de ser culeada lo antes posible y que ya estaba a punto de lograrlo, enseguida y con el propósito de facilitar las cosas para lograr mi propósito, me retiré por completo mis braguitas que guardé en mi pequeña carterita que había llevado para la ocasión y me acomodé la partidura de mi faldita hacia atrás y con el objeto de que estos parroquianos me pudieran culear por atrás y sin ningún problema, ya que yo simplemente me sentaría sobre sus deliciosas presas y daría comienzo a las sin iguales cabalgatas.

Enseguida, me dirigí a la sala y a ubicar a esos tres calientes y excitados forasteros cual sería mi sorpresa que éstos se habían ubicado uno al lado del otro y por los alrededores no se veía persona alguna, hecho que me agradó sobre manera, puesto que yo había decidido que el primero que me culearía sería el que se encontraba a mi derecha y que era el que más me había manoseado, que entre paréntesis me hizo correr mis fluidos vaginales hasta las rodillas y sencillamente, al pasar a acomodarme entre ellos y observar que sus vergas aún las mantenían al tope puesto que cada uno se las estaba masajeando.

Espectáculo este, que me hizo poner a mil y antes de pasar entre ello, simplemente me subí algo mi faldita y me abrí de piernas y cuando comencé avanzar cada uno me dio una chupadita en mi alborotada vagina y cuando llegué hasta el tercero para que también hiciera lo mismo, me volví y me acomodé frente al del medio y tomé su verga que la apuntalé frente y medio a medio de mi sexo y enseguida me comencé a sentarme sobre ella con algo de dificultad hasta que siento que ella se comienza a desplazar suavemente al interior de mi vagina y ayudada con los mete y saca que él me propinaba y hasta que ella alcanzó a penetrar más de un tercio y me percato que él me agarró de mis hombros y me sentó de un viaje hasta el fondo sobre su preciosa verga que la sentía que había traspasado toda mi vagina y chocaba en el fondo de mi útero, sintiendo en esos momentos una sensación de lujuria y placeres indescriptibles motivados por las circunstancias en que se estaban llevando a cabo los hechos.

Cuando ya nos encontrábamos en esta muy cómoda posición y voy a dar comienzo a los ricos sube y baja, siento que el me desabrochó la pretina de mi faldita y me la retiró completamente, para enseguida agarrarme con tremenda fuerza mis paraditos senos, los cuales ya había descubierto de mi blusita que estaba totalmente desabrochada y me acomodó para succionarlos, especialmente mis pezones que son muy sensuales y atractivos, no sin antes sacarme de mi cuerpo mi camisita y quedando simplemente en pelotas ante ellos, momentos estos que aprovecharon los otros dos contrincantes para proceder a mamarme mis entusiasmados pezones mientras di comienzo a los fenomenales y rápidos sube y baja, hasta que sin darnos ni cuenta siento que tanto a mí como a mi favorecido nos comienzan a llegar los más placenteros orgasmos que ambos esperábamos con ansias y en especial a mí que no fueron menos de cuatro y muy prolongados que apenas me contuve para no gritar de los placeres indescriptibles que estaba recibiendo de ese desconocido que me estaba culeando de una manera y arte fenomenal.

Luego de descansar sentada un par de minutos y aún con la verga del desconocido ensartada dentro de mi vagina, me fui retirando lentamente de ella que aún se encontraba muy erecta y siento que mi excitación y calentura se mantenía al tope comencé nuevamente a realizar con furia los gozadores sube y baja, pero me contuve ya que mientras estaba siendo culeada con furor, yo les estaba masturbando sus ricas vergas a sus dos amigos y al instante, les hice unas espectaculares y ricas mamadas que estuvieron a punto de correrse motivo por el cual ellos me las retiraban de mi boca y me decían que lo dejáramos para el momento en que les tocaría penetrarme, fue así como me retiré rápidamente y me desplacé de inmediato al que se encontraba a mi izquierda, ya que era el que había participado activamente en todas la estimulaciones preliminares y estaba casi a punto de irse cortado, además él también se gastaba una muy respetable herramienta y que calculaba que debía medir más de los 23 cms. y muy cerca de los 4,3 cms. de grueso y diría que algo más grande que la de el primero y que a lo mejor fue producto de habérsela masajeado y succionado en varias oportunidades.

Cuando finalmente llegó el instante de acomodarme y mientras me desplazaba para dar inicio a la segunda y tan esperada culeada de que sería objeto, el nuevo me tomó por mi cintura y simplemente me reclinó totalmente en pelotas sobre el respaldo de la butaca delantera me entreabrió mis piernas para enseguida comenzar a hacerme la mejor comida que jamás me habían hecho en toda mi vida y que me hizo correrme tres veces al hilo y luego al darse cuenta de mis placeres, sencillamente agarró su verga que la tenía dura como un palo y me la apuntó a mi vagina y de un dos por tres comenzó suavemente a metérmela con mucho cuidado y especialmente a que él sabía que era de mayor tamaño que la de su amigo, situación que pude comprobar por que con mi mano derecha le estaba masajeando la verga al primer gozador y se notaba que era algo más menuda que la de él, circunstancia que comencé a comprobar de inmediato y a medida que me la iba metiendo, puesto que ésta entraba con algo de dificultad y produciéndome pequeños dolores por mi estrechez para ese tamaño que estaba recibiendo.

No obstante esta pequeña dificultad y producto de la tremenda calentura que me embargaba por la delicia de verga que me estaba penetrando, le pedí a este que no se preocupara y que si él no sentía dolor alguno, que tratara de metérmela de un solo empujón y hasta su tronquito, momento en que no alcancé ni a recibir la respuesta, él dio comienzo a los rápidos y muy coordinados mete y saca que casi me hacían correr de inmediato…

Cuando siento una fuerte retirada de la última y profunda metida y sencillamente como un potro incontrolado me la mandó guardar sin compasión hasta el fondo de mi útero, puesto que sentía como su cabeza topaba con algo en mi interior y comienzo a sentir descontroladamente la serie de interminables orgasmos múltiples y un torrente de los espesos chorros de lechada del calentito semen que se desparramaban a lo largo e interior de mi vagina y útero como producto de su rica verga que como un sincronizado pistón de motor entraba y salía una y otra vez de mi vagina que se corría y corría interminablemente de los grandes placeres de esa espectacular culeada que acaba de ser objeto y de la cual había gozado mucho más que la anterior y tal vez se debía a la posición de la forma en que fui culeada y creo también, que se debió gran al tamaño de esa tremenda herramienta que me había servido tan placenteramente, pero todo el crédito correspondía sin lugar a dudas al arte que utilizó el poseedor de todos estos atributos en el logro de esta fenomenal culeada.

Posteriormente y para reponerme de esta última y fenomenal culeada que me había dejado casi por los suelos, a esos tres malandrines no se les ocurrió nada mejor, que levantar los apoya brazos de unas cinco butacas al hilo y se sentaron un poco separados unos de otros y me acomodaron de espaldas sobres sus piernas para que descansara un rato, tapándome con mi faldita extendida y con mi camisa sobre mis pechos, pero a mi se me ocurrió que luego de algunos minutos de descanso, si es que se podía llamar así y por el tremendo nerviosismo que a todos nos embargaba, yo me daría vuelta de lado hacia sus vientres y obviamente solamente dos serían los favorecidos, puesto que quedé frente a la verga del primero y con mi vagina frente a la verga del segundo y con mis piernas sobre las del tercero, momentos éstos que rápidamente hicieron que las herramientas de los tres se pusieran al máximo en especial, al que quedó con ella frente a mi vagina y que era el que aún no me había culeado, momentos éstos que a mí también me hicieron subir la temperatura a su máxima ebullición.

Bien lo que sucedió ahora os lo contare mañana no os lo perdáis porque seguro que os ara gozar mucho.

martes, 8 de julio de 2008

En El Cine Porno 1ª Parte

Les relataré una historia erótica de cómo me culearon en una sola sesión tres jóvenes varones de entre unos 22 y 25 años en un cine XXX de películas porno, soy una estupenda chica, de muy buen cuerpo, muy atractiva y sensual, de 1,70 cms. de estatura, lindos ojos verdes y tez trigueña y de profesión azafata.

Todo comenzó unos 6 años atrás, cuando tenía un poco más de 24 años, un día que me encontraba tremendamente excitada y me acordé de una historia contada por una amiga íntima y que lo mejor para saciar los deseos incontenibles, era ir sola a un cine XXX de películas porno y de buen nivel, como a eso de las siete de la tarde y en especial un día viernes y sentarse bien atrás ubicándose lo más cerca de un par de varones jóvenes y que lo demás venía solo y los resultados eran inimaginables.

Fue así como me comenzó a dar vueltas esta idea loca, pero al fin y al cabo muy apetecible y en esos momentos, mi clítoris estaba que se me reventaba de lo caliente y excitada que me encontraba y le fui dando vueltas y vueltas a esa idea, la cual podría tener algún buen resultado puesto que deseaba experimentar nuevas experiencias y sensaciones, sin importarme recatos, lugares o lujurias en donde y con quienes pudiera llevar a cabo mis alocadas pasiones y para dar rienda a ello que ya se había transformado en una obsesión incontrolable.

Con el único propósito de lograr a la brevedad tal deseo, me puse manos a la obra arreglándome muy bien para lo cual me puse solamente una faldita escocesa de media temporada abierta totalmente a un lado y que se afirmaba entrecruzada con un par de botones en su cintura y una blusa blanca abotonada con el objeto de exhibir algo de mis sensuales senos y para facilitar los inevitables manoseos y agarrones de que seguramente sería objeto un par de horas más y finalmente, decidí que solamente me pondría unos cómodos zapatos taco altos y sin medias.

A los pocos minutos, ya me encontraba en el centro de la ciudad y en el sector de los cines porno y obviamente, como a eso de las 7 de la tarde elegí uno del mejor nivel y luego de percatarme que la película que exhibirían hubiese ya comenzado y con el objeto de poder elegir el lugar como me había comentado mi amiga intima, saque algo nerviosa la entrada y me dirigí a la sala respectiva y le pedí al acomodador que solamente me dejara a la entrada y que diera una breve iluminada en las últimas tres o cinco filas de las cómodas butacas y en el centro.

Ya ingresando a la sala me pude percatar, que ésta estaba bastante oscura y algo se iluminaba por las imágenes de la cinta que estaban pasando, pero fue suficiente porque de inmediato me pude percatar que en las últimas filas se estaban acomodando unas tres personas varones y me fui acomodar con la intención de quedar lo más cerca de ellos y mientras me dirigía hacia el lugar elegido, pude observar que una de las personas se levantó rápidamente y se corrió un par de lugares acercándose a donde yo me dirigía, sencillamente, me acomodé en la butaca subsiguiente a la que él ocupó y justamente al lado de los otros dos jóvenes, quienes me miraban disimuladamente y conversaban en voz baja.

Yo me hice la desentendida y ajuste la cómoda butaca a una posición semireclinada, levanté los dos apoya brazos y entrecrucé mis piernas para lograr una muy cómoda vista de la película que exhibían, en la cual ya se podía ver que ésta se trataba de puro sexo y en esos momentos una estupenda mujer le estaba realizando una fenomenal mamada a un atractivo varón dotado de una muy buena polla, de inmediato sentí una suave contracción en mi vagina y me vino un feroz torrente de líquido vaginal que presumía que había mojado totalmente mis braguitas y se escurría a mi culito.

Me encontraba muy preocupada por lo sucedido y en eso me doy cuenta, que el joven anterior se paró disimuladamente y se sentó en la butaca vecina a la mía y acomodó su mano sobre el apoyo de ésta, pero se percató que yo lo había levantado y comenzó a desplazar su mano directamente hacia mi pierna izquierda y muy cerca de mi vagina, mientras el que estaba a mi derecha se notaba muy nervioso y también trataba de poner su mano izquierda sobre el apoyo de la butaca, pero en ese lugar yo estaba apoyando la mía y bastante cargada hacia su lado y muy cerca de su pierna, con el único propósito que se hubiera encontrado con la mía.

En eso yo traté de acomodar mis dos manos para facilitarles la tarea al par de forasteros, cuando siento suavemente como se deslizaba la mano derecha sobre mi rodilla y se comenzaba a desplazar hacia arriba hasta ubicarse en la mitad de mi pierna bajo el borde de mi faldita escocesa y continuaba subiendo hasta que alcanzó a rozar la otra pierna y me las comenzó a separar, momentos estos en que yo me encontraba a más de mil y recibía un segundo torrente de abundante líquido vaginal.

Mientras tanto por el otro lado, el intruso se percató que su contrincante le llevaba la delantera y retiró muy suave y discretamente su mano izquierda y la fue deslizando hasta tocar mi seno del mismo lado y cuyo pezón lo tenía ya muy duro y a punto de reventar, instante en que él se dio cuenta de ello y me lo atrapó con mucha suavidad, para dar comienzo de inmediato a unos agradables masajes y fuertes apretones, lo cual lo entusiasmó mucho y me comenzó desabrochar completamente mi blusita.

Sencillamente, atrapó mis preciosos senos y acercó su boca y me dio un tremendo y largo beso con lengua al cual yo también respondí de la misma manera y luego de besarme mi cuello, me comenzó a succionar mis sensuales pezones y toda mi aureola que casi se la tragaba por completo ya me encontraba a punto de correrme, puesto que la mano de su contrincante ya se encontraba haciendo también de las suyas con mi braguita y me la retiraba hacia un lado y me acariciaba y frotaba estrepitosamente mi alborotado clítoris y también me metía uno de sus grandes dedos entre mis labios mayores y menores, alcanzando algo a entrar en mi aún estrecho himen que casi me hacían acabar por lo descontrolada que me hallaba en esos momentos de gran placer y lujuria.

Yo tampoco perdía mi tiempo y desde el momento en que estos varones se pusieron atrevidos y dieron inicio a lo que deseaban, procedí a acariciarle también sus atributos sexuales los cuales se notaban que eran bastantes generosos y se apreciaban que no debían medir menos de unos 20 cms. y más de los 4 cms. de grueso, sobre todo el que se encontraba a mi derecha y al instante, les bajé sus cremalleras y retiré lo que más pude sus slips y saltaron esas dos inmensas presas, que realmente al tocarlas en vivo y en directo, se apreciaban que debían ser preciosas y muy estupendas y que casi estuve a punto de mamárselas a los dos y lo único que deseaba en esos momentos de la máxima calentura lograda, era empelotarme por completo para que ellos me vieran y masajearan totalmente mi precioso cuerpo por cuanto lugar ellos quisieran.

No obstante les hice una feroz paja que casi los hice correrse un par de veces, pero me contuve al darme cuenta que sus insinuaciones, no eran otras que de culearme lo antes posible puesto que ambos trataban de acomodar mi precioso trasero vuelto hacia su respectivo lado, pero la situación era muy incómoda por la ubicación del apoya brazos que nos separaban y no daba facilidad alguna, motivo por el cual les dije disimuladamente que deseaba ir al baño y que regresaría en unos breves minutos y que levantaran los apoya brazos para lograr mayor comodidad, momento que ellos obviamente no creyeron y sin embargo sus tremendas vergas, aún las mantenían al tope y al retirarme le pegué a cada uno una pequeña y rápida chupadita que los dejaron a mil a los dos y también al tercero, que no perdía el tiempo por lo que observaba y se estaba pegando una fenomenal paja y no me pude contener pegándole también una rápida chupadita y una breve masturbación.

Bien hasta aquí os cuento por hoy mañana os seguiré contando cómo me fue en el cine.

jueves, 19 de junio de 2008

Iniciando Al Sado A Mi Novio

Todo empezó hace 3 años, cuando yo tenía 20. Era una tarde de Noviembre y me encontraba sola en casa esperando a mi novio.

Habíamos decidido que él se quedase conmigo todo el fin de semana para yo no estar solita y no pasar miedo, y así fue. Yo le dije a mi novio que viniera para no quedarme sola, pero no fue así, cosa que me enfado muchísimo. Después de varias horas esperando el señorito se digno a aparecer por mi casa con la pobre excusa de:

- "Lo siento me he quedado dormido" y eso me enfado mas evidentemente.

Pero ya en ese momento yo sabía cuál sería su castigo. Decidí hacer como si no me hubiese importado cosa que a mi novio le extraño y por la expresión de su cara he de decir que muchísimo.

Nada más entrar se sentó en el sofá y yo me fui a mi dormitorio y cogí la cajita de mis juguetes hasta hoy desconocidos para él. Me di una ducha de agua bien caliente y me coloque mi camisón blanco transparente y mis zapatillas de tacón alto marcando a través de la tela del pijama mis pechos y mi coñito. Una vez todo preparado cogí mi cajita de juguetes y baje al salón. Cuando él me vio aparecer cambio el rostro, su mirada reflejaba excitación, no sabía lo que le esperaba. Me acerque a él como si nada pasase, me senté a su lado dejando ver mi coñito rasurado, lo besé, el acerco su mano a mi muslo, pero no pudo terminar de hacerlo porque directamente recibió una gran bofetada mía, y le dije:

- ¿Creías que no ibas a tener castigo por llegar tarde?, a partir de ahora serás mi esclavo y harás todo lo que yo te diga.

El agacho la cabeza y respondió:

- Si ama, lo que usted diga!.

Saque mi modelo preferido una mini falda vaquera y una camisa súper escotada y le ordené ponérsela. Le ordene desnudarse delante de mí y lo obligue a ponerse mis tanguitas negras que a él tanto le gustan y el sujetador a juego. Una vez lo tuve en ropa interior le dije:

- ¿Te ves?, a partir de ahora serás mi putita así que vístete.

Una vez lo tuve como yo quería le dije:

- A partir de ahora no podrás mirarme a la cara hasta que yo te lo diga, ¿Te enteras putita?.

A lo que él respondió:

- Si ama.

Coloque una silla en medio del amplio salón y le hice ponerse en pompa, con las manos agarrando el respaldo de la silla, el tronco inclinado y el culo para fuera dejándome ver el hilo del tanga entre sus nalgas y su pene aprisionado en mi pequeño tanga negro, saque de mi cajita un fusta y empecé a golpear sus nalgas bruscamente casi sin avisar, le oír gritar, cada vez más fuerte, gritaba y me suplicaba piedad y me pedía disculpas, pero eso no me era suficiente, tenía que recibir su castigo. Sus nalgas empezaban a enrojecerse y vi como su pene estaba duro y tieso, el tangas casi explotaba, le fui quitando la ropa poco a poco hasta tenerlo desnudo ante mí, mi pequeña putita, lloraba de miedo pero a su vez estaba excitado.

Saque de mi caja unas bolas chinas las cuales introducía en su maravilloso culo virgen, cosa que me ponía cachonda, lo escuchaba sollozar mientras la metías, una vez dentro tapone su ano para que no se le pudieran salir y lo coloque bocarriba. De mi cajita saque varias pinzas las cuales coloque en sus pezones y en sus huevos viendo como se retorcía de dolor y como casi se corre, pero sabía que si lo hacía su castigo sería más fuerte.

Viendo como lloraba y suplicaba le quite las pinzas del cuerpo y le saque las bolas chinas que fueron sustituidas por un vibrador de casi 25 centímetros, una vez dentro volví a taponarle el culo y colocándolo boca arriba me coloque encime suya colocando mi coño en su boca, y mientras yo le hacía una mamada él introducía su lengua sin parar en mi coño acariciaba mi clítoris. Fue entonces cuando decidí que los dos deberíamos de tener el culo ocupado, me puse a cuatro patas y le dije que me penetrara mi culo y que se corriera en el mientras yo con mis dedos frotaba mi clítoris. Notaba como se venía, como su pene se endurecía más mientras yo me corría como una loca, note como su leche lleno todo mi coño y vi en su cara satisfacción.

Después de esto me pidió disculpas y me dijo que ahora me amaba más y que desde ese día seria mi eslavo, es así como desde hace tres años tengo mi esclavo.

Ya contaré todas nuestras experiencias.

sábado, 7 de junio de 2008

Como Me Folle A Mi Vecinito 2ª Parte

Aquí os sigo contando la aventura con mi vecinito.Los chavales se quedaron paralizados. Una tía rubia, con unas tetas enormes de silicona chupaba por turnos dos enormes pollas, mientras lamía un capullo, tocaba los huevos del otro.

-Vaya, vaya, dije, así que mirabais una película instructiva.

Todos se reían cortados, el vecinito hasta se puso colorado. Nos quedamos todos callados bebiendo las copas y mirando la escena. La tía tenía todo el coño mojado, mira, como el mío pensé yo. Fui mirando los paquetes de los cuatro con disimulo. Todos estaban más abultados de lo normal. Para romper el hielo pregunté bromeando:

-¿Hay alguien que la tenga como los de la peli?

Todos se reían. El más lanzado me dijo:

-Ya te gustaría a ti una como esta. Como lo sabes pensé yo.

El alcohol estaba haciendo sus efectos, todos estábamos más distendidos, pero nadie tomaba la iniciativa. Yo no podía más. Cualquier mujer de mi edad que lea esto y que haya pasado por una situación parecida de calentura me entenderá. Entreabrí las piernas y me sentí observada. Como ya he dicho, llevaba un tanga transparente, por lo que sabía que la mayoría estaban viendo mi coño.

Al final, el que tenía a mi lado puso la mano sobre mi pierna y empezó a subir acariciándome por la parte interior, por la parte que ya estaba totalmente húmeda. Yo quería que siguiera subiendo. Ahora, la de la película estaba boca arriba, con las piernas totalmente abiertas para que un tío se la pudiera meter hasta el fondo, mientras se la chupaba al otro. El de mi lado ya había metido su mano por debajo de las bragas y me estaba tocando descaradamente, se mojaba el dedo con mis propios jugos y me lo restregaba acompasadamente por el botoncito. A partir de este momento todo se precipitó.

Uno, desde atrás, me cogió las dos tetas y empezó a morderme el cuello, a meterme la lengua por la oreja, unas cosquillas terribles me invadieron. Otro se había puesto de pie frente a mí y se la había sacado. Era un tío bastante cachas, y sujetaba una herramienta potente y erguida. No pude más, le puse la mano es los huevos y me la llevé a la boca como pude, le pase la lengua por todo el capullo mientras se la meneaba. Casi no me cabía, pero, como pude me la metí y chupé con todas mis fuerzas. El que había empezado metiéndome mano, ahora me estaba chupando y pasando la lengua por todos los rincones. Me iba a correr por primera vez. Tenía un tío chupándome el coño, otro magreándome las tetas d al vecinito, que aún estaba en la silla meneándosela.

Lo llevé a la habitación de sus padres, tenía el culo muy prieto, lo tiré sobre la cama, me puse frente a él con una rodilla a cada lado, y me la fui metiendo lentamente. Era el que la tenía más grande de todos, al final, cuando la tuve toda dentro empecé a cabalgarle con fuerza, dándole fuertes golpes en los huevos a cada salto, tocándome las tetas con una mano y el clítoris con la otra. Tenía una polla inmensa, que ahora chapoteaba en mi interior, pero una cara de bobo que asustaba.

No me había dado cuenta que el primero que se había corrido en mí, boca había entrado en la habitación. Se subió bruscamente a la cama, me tiro literalmente encima de su amigo, y, aprovechando que me había quedado el culo en pompa, ahí me apuntó. Que cabrón, pensé, no puede meterme esto tan grande por el culo. Vaya si podía. Se la había embadurnado con crema hidratante y me la metió de una embestida. No pude evitar chillar de dolor. Pero me gustaba, mientras yo cabalgaba al vecino con todas mis fuerzas, me la estaba metiendo por el culo.

Nunca antes había tenido a la vez una polla en el coño y otra en el culo. Ya no sentía dolor, me estaba corriendo como nunca, mientras aquellas pollas jóvenes entraban y salían. Ellos también se corrieron.

Así terminó la fiesta. A mí me pasó temporalmente la calentura. Ahora, cada vez que me lo encuentro por la escalera le guiño un ojo. Alguna vez pienso repetir. Recomiendo a las cuarentonas de mi edad que lo prueben alguna vez.

Me sentí joven nuevamente y deseada. Hembra.

miércoles, 4 de junio de 2008

Como Me Folle A Mi Vecinito 1ª Parte

ME SENTÍ JOVEN, DESEADA, HEMBRA Cabalgaba al vecino, me la estaba metiendo por el culo, nunca había tenido a la vez una polla en el coño y otra en el culo, me estaba corriendo como nunca mientras aquellas pollas entraban y salían

Mi marido es una buena persona, y la verdad es que me lo paso bien con él en la cama. Pero después de cumplir los cuarenta, he notado un aumento progresivo de mis ganas de follar. Cada vez tengo más y más ganas, cuanto más follo más ganas tengo. Así las cosas, he llegado a la triste conclusión que con los polvos maritales no tengo bastante. Antes de la aventura que les voy a contar, para solucionar mis problemas, acudí a la masturbación en todas las formas posibles, me imaginaba chupando una inmensa polla, y me tocaba el coño mojado hasta correrme como una guarra. Esto no podía seguir así, pensaba en mis intervalos lúcidos, es decir, cuando dejaba de pensar en el sexo.

Mis vecinos tenían un hijo único de unos veinte años. Nada del otro mundo, yo siempre me lo había mirado como a un niño, un poco torpe y tímido. Aún lo veía con los libros del colegio, jugando por las escaleras con sus amigos. Un día, su madre me dijo que se iba de viaje con su marido a Ibiza, y que estarían unos días fuera. Su hijo se quedaba sólo en casa. Cuídamelo, me dijo en broma. En mi estado, aquellas palabras fueron como la llama que prende la mecha. Inmediatamente empecé a imaginármelo en pelotas, con la polla bien tiesa a mi disposición. Que guarra eres, pensaba. Si es un chaval.

Ya llevaba un par de días sólo, cuando estábamos mi marido y yo cenando, llamó a la puerta. De forma muy educada, nos dijo que al día siguiente había invitado a unos amigos a su casa a cenar, y que disculpáramos anticipadamente si hacían demasiado ruido, que intentaría no molestar. Le dijimos que no se preocupara, que lo entendíamos, y que se lo pasara bien. Al cerrar la puerta mi marido me recordó que al día siguiente no estaría, que marchaba a Madrid por un par de días, por asuntos de trabajo. Mi imaginación ya se disparó, me lo llevé a la cama y después de darle una buena mamada, me senté encima de él y me lo tiré pensando ya en el vecino, me corrí pensando en la polla veinteañera.

Mi marido se quedó ido con el meneo y no tuve otro remedio que meterme un buen masaje con el dedo húmedo de saliva, pensando en las guarradas más guarras que se puedan imaginar.

A las ocho de la noche del día siguiente empecé a notar bullicio en el rellano. Debían estar llegando los amigos de mi vecino. A medida que pasaba el tiempo me iba poniendo más nerviosa. No sé bien porque motivo. Estaba sola y oía las risotadas del piso vecino, debían estar cenando. Al cabo de un rato, cesaron las risas y empecé a escuchar los típicos jadeos de una peli porno. Mi cerebro empezó a funcionar, ya me los imaginé a todos empalmados viendo la tele, con la mano en el bolsillo para acariciar su juguete. Se me empezó a encender la llama. Y si voy, me preguntaba. Me podría presentar con cualquier excusa y ponerlos colorados. Solo de pensarlo me empezó como un hormigueo en el estomago.

Estaba sola en casa, mi marido me había llamado desde Madrid hacía un rato, y a escasos metros, pared por el medio, un grupo de chavales viendo una peli porno. ¿Era normal en estas circunstancias que tuviera que meterme mi dedo? Para que ellos terminaran pelándosela y ensuciando el parquet. Decidí fumarme un canutillo, pero en lugar de hacerme venir sueño, me desinhibió totalmente. La decisión de visitar al vecino estaba tomada. Fui al cuarto de baño, me lavé cuidadosamente y me puse la combinación más sexi y guarra que encontré, un tanga totalmente transparente, con las gomas gastadas que dejaba al descubierto más que escondía mi peludo chocho y un sujetador que mantenía firmes mis grandes tetas. Encima me puse una bata floreada de estar por casa que abrocha por delante. Así salí al rellano de la escalera.

Llamé a la puerta del vecino y pude oír que apagaban el televisor precipitadamente.

Abrió la puerta con cara de disculpas.

Yo, entre el peta que me había fumado y el calentón que llevaba, decidí ir directamente al grano:

-Mira, como no me dejáis dormir (era verdad), ya me puedes invitar a una copa.

Se quedaron todos helados, acojonados, diría.

-¿Es que nadie me va a invitar a pasar? Dije al final riendo.

-Pase, pase señora, soltó uno de ellos. La verdad es que lo de señora me llegó al alma, pero me lo guardé. Me senté en el sofá, frente al televisor ahora apagado, crucé las piernas, y les pregunté a los tres que quedaron conmigo, mientras el vecinito me preparaba la copa.

- Qué estaban haciendo. Les pregunte.

El que parecía más lanzado me dijo, entre las risas de los otros, que estaban viendo una película.

-¿Por qué no la ponéis? A mí también me gusta el cine, les dije.

Todos se rieron, pero ninguno se atrevió a ponerla. Entre estas, vino el vecino con una bandeja llena de copas. Cada uno cogió la suya Yo pude notar que junto a mi culo estaba el mando del televisor, lo cogí y puse en marcha la película.

Bien lo que paso luego os lo contare mañana.

sábado, 31 de mayo de 2008

Diabolico Picadero 4ª Parte

Bien aquí os dejo el final de esta historia del diabólico picadero

De repente siento como me alzan. Mi cuerpo flota sobre el gentío, goteando brillantes chorros. Yo misma aflojo mi vejiga. Enseguida una boca tapona mi entrepierna y se da un festín con mis entrañas.

Como una cantante de rock voy pasando de mano a mano hacia el fondo de la sala mientras me manosean por donde quieren. De repente me paran donde la jauría humana llega a su fin. En la sala de estar, ahí sentado en una gran butaca, está el del primer día. Más bien diría que es un trono. Sus ojos brillan como nunca, sus dientes se muestran en el fondo de una enorme y continua sonrisa. Sus pies parecen pezuñas y en su mano izquierda sostiene un bastón que repica contra el suelo. La habitación parece retumbar con cada bastonazo y, entonces, los fieles seguidores me dejan suavemente sobre el suelo.

Soy la única dentro ese radio de seguridad que parece rodearle. Entonces su ropa desaparece y, entre sus piernas, una enorme polla parece desenredarse como un gran tentáculo.

No me muevo, estoy segura, pero mi cuerpo se acerca a él como si flotase. Siento un miedo irracional e intento frenar mi avance con los dedos de mis pies, pero no hay nada que hacer.

Al llegar junto a él vuelve a invadirme ese olor a azufre. Mi visión se nubla y caigo de rodillas.

Lo que tiene entre las piernas no es normal. Parece palpitar con un corazón propio en su más de medio metro de longitud.

Cierro los ojos y la boca.

Una uña afiladísima me recorre la barbilla.

Abro los ojos: no hay uñas, ni pezuñas, ni apéndices de medio metro.

No entiendo nada, pero hago lo que creo más normal: tragarme esa polla con todas mis ganas. Ayudándome con una mano ejercito la parte del miembro que no me trago. La saco y pego mi lengua al tronco hasta llegar a sorber sus huevos. Vuelve a la punta y me la meto casi entera. Entonces parece crecer dentro. Siento mis mandíbulas a punto de desencajarse y le miro aterrorizada.

Su sonrisa me tranquiliza y puedo volver a cerrar la boca alrededor de esa verga tan deliciosa.

Sosteniendo mi barbilla me alza y me pide que me gire. Su voz suena rocosa, como si procediera del mismo centro de la Tierra. No puedo más que obedecer la orden.

Vuelvo a ver el montón de gente enredada, fornicando como locos, la mayoría, pero algunos mirando alrededor, extrañados y confusos, como si no entendieran que estaban haciendo allí.

Entonces, sin moverme, siento algo presionando por debajo, reptando por mis muslos con un destino claro.

Grito al sentir mis labios vaginales separándose como nunca. Soy incapaz de girarme para ver qué me está follando. Ni puedo ni quiero.

El intruso se mueve a sus anchas en mi interior, llega al fondo y se detiene.

Una enorme lengua viscosa me recorre la espalda desde la raja del culo hasta la nuca.
En mi vajina eso se ensancha y crece.

Todo mi ser arde de placer. Bajo mis caderas un poco y entra más. Parece casi imposible pero logro sentarme en su regazo, con toda su estaca clavada.

Una sonrisa suena en mi oído junto a unas palabras que vienen directas del averno:

-"Sí, sí sabía que eras tú"- y entonces mi cuerpo empieza a subir y bajar sin manos que me ayuden.

Quizás debería preocuparme, pero no puedo. Toda yo soy una herida abierta. Hasta el contacto del aire me hace gritar. Mis pezones parecen a punto de estallar y a mi vajina le falta poco para desgarrarse.

Algo tapona mi culo y empieza a recorrerme el clítoris.

Mis caderas suben y bajan con ritmo endiablado. Apoyo mis manos en el suelo y algo se mete en mi culo. Y se mueve. Y crece.

Estoy al borde de todo: mi cordura se escurre patas abajo mientras bombean mis dos agujeros a la vez. En mi intestino esa cosa se retuerce y gira para contactar con el miembro de mi coño que no parece querer detenerse... Entra más y más.

El cuerpo me arde con una fiebre uterina desbocada. Me muerdo el labio inferior y cierro mis ojos con fuerza mientras aprieto mis pezones, los pellizco y retuerzo como quiero: la intensidad que proviene de mis bajos me deja el resto del cuerpo insensible, adormecido. Nunca había sentido nada igual y me corro con una violencia inusitada.

Mis manos agarran mi cabeza y grito. Mis muslos se contraen y los dedos de mis pies se separan. Las paredes vaginales sudan placer sobre eso tan enorme que las separa y toda yo tiemblo. Siempre había creído que el orgasmo femenino era más mental que otra cosa, pero éste me lo han arrancado a la fuerza. Cada embestida me iba enloqueciendo.

Entonces un enorme y ardiente torrente me llena por completo. Salgo disparada contra el suelo por la violencia eyaculatoria y con mi coño repleto de esperma.

El olor a azufre se hace insoportable.

Litros y litros silban por encima de mi cabeza salpicando a la concurrencia.
La gente se vuelve loca intentando conseguir una sola gota... Y todo vuelve a empezar. Los que antes se preguntaban qué hacían ahí, ahora vuelve a chupar, meter y recibir...

Tiemblo tirada sobre el suelo.

Giro mi cabeza... Una mano se postra sobre mi vientre.

-"Ya está. Todo ha acabado y empieza una nueva era".

Y todo se oscurece.

Las noticias del día siguiente:

Desapareció tal y como llegó. Nadie es capaz de entender las razones que llevaron a más de un millar de personas a participar en una orgía multitudinaria. Ninguno de los participantes fue capaz de responder ni una sola pregunta al respecto. Miradas perdidas y bocas desencajadas fue lo único que tuvimos por respuesta. Parece que todo empezó en un pequeño estudio del barrio antiguo hasta llegar a pleno centro de la ciudad. Calles repletas de gente copulando y, lo más extraño de todo, como pueden ver en las imágenes, aquello acabó de golpe. Personas desnudas se preguntaban como podían tener los genitales de un desconocido en su boca o en partes que no sabían ni que existían.

Las imágenes completas de tan bestial bacanal las podrán ver esta tarde en el especial "Tomate en plena calle" que les estamos preparando"...

Nueve meses después

Hay gente que al verlo sale corriendo al ver sus ojos completamente negros, otros son incapaces de acercarse aludiendo un insoportable hedor a azufre, otros, ateos convencidos, rezan o se santiguan antes de salir corriendo sin saber porqué...

No lo entiendo, viendo como el niño más precioso que he visto en mi vida descansa en mis brazos, como me agarra un dedito, como se acurruca en mi pecho.

No tenemos que preocuparnos por nada: los dos sabemos quien es su padre y lo orgulloso que está y estará de su retoño.

domingo, 25 de mayo de 2008

Diabolico Picadero 3ª Parte

Aquí sigo con la historia de este picadero diabólico.

Ya con nuestras lenguas enredadas nos llevamos la sorpresa de no estar solos. En el pasillo una pareja folla contra la pared, impasible a nuestra presencia, él con los pantalones en los tobillos y ella con la falda por encima de la cintura y su cara contra la pared.

Gritos y muelles chirriando nos indican que las habitaciones tampoco están desiertas. Y, no se cómo, pero estoy segura que en la habitación de siempre está el primero dando buena cuenta de otra fémina bien abierta de patas.

Descartada la opción de marcharse y, siendo imposible esperarse, rematamos la faena en el pequeño sofá de la sala.

De rodillas con la boca abierta y la lengua fuera, y ya esperando el regalo final, veo como el del primer día acompaña a la chica de hoy hasta la puerta. Después de cerrar y despedirse, se gira y nos ve. De nuevo ese brillo en los ojos. Tengo que contenerme para no levantarme y dejar al de hoy ahí tirado. Con los chorros impactando en mi cara le oigo reír. Los chorretones en mis ojos me impiden ver como se marcha por la misma puerta que la chica. De nuevo capto ese olor a azufre, pero lo atribuyo a que el tío que me está alicantado la cara debe ser minero.

Después de limpiarme me encuentro con la sala desierta. De camino a la puerta compruebo que el acompañante de hoy se ha unido a la pareja del pasillo. Sin compasión ambos se trajinan a la chica que, a cuatro patas, recibe en su boca y en alguno de sus orificios bajos.

Salgo sin despedirme y pensando por donde se la estaba metiendo el de atrás.

Un mes después:

-"Si quieres, en 60 segundos mi coño es tuyo".

Las formas cambian pero el resultado es el mismo.

Hace un mes que no subo y estoy cachonda perdida. Ya en el ascensor se la chupo sin ni preguntarle el nombre. Abro la puerta con una mano en la llave y en la otra su caliente verga.

Nada más abrir ya vemos una pareja ajetreada tras la puerta. El pasillo es una alfombra de cuerpos enroscados y la sala una oleada de miembros acoplados y goteantes. Sin mirarnos, los dos nos unimos, cada uno por donde puede. No hay caras, ni personas, sólo cuerpos entrelazados, miembros colgantes que chupar, cuencas donde meterse, rodillas y codos que se clavan y lenguas incontrolables que contactan con lo primero que pillan. Yo recibo y doy por todos sitios sin saber por donde viene cada cosa ni saber exactamente lo que se introduce dentro de mí. Es un puzzle infinito y nosotros somos las piezas. De vez en cuando alguna se resiste y hay que forzar un poco pero acaba cediendo. Tampoco importa si encajas o te encaja una pieza de tu mismo color o del color opuesto. Y, luego, una vez encuentras tu sitio, detrás de ti llega la siguiente pieza buscando lo mismo. Y lo encuentra. Y así sin parar hasta formar un cuadro abstracto al que cualquier idiota podría ponerle título.

Y todo esto sin descanso. Algunas pollas se retiran totalmente exprimidas y exhaustas, algunos culos irritados, algunas mandíbulas desencajadas, otros, simplemente salen a respirar. Cuando lo hacen, no duran más de cinco minutos. Enseguida caen sobre ellos nuevos miembros, ávidos por follar y ser follados.

Enseguida todos resbalamos sobre un mar de semen y fluidos vaginales.

Intento escaparme un par de veces, pero soy arrastrada y cubierta por cuerpos ardientes y todos mis huecos se llenan de pollas, dedos, culos y coños de todas las edades, colores y sabores.

Mis sentidos se saturan: mi olfato no da abasto, océanos profundos, cloacas malolientes, axilas e ingles concentradas, el sabor es incapaz de acertar: semen, sudor, fluidos varios. El tacto, joder el tacto. Toda yo soy un tacto. En mi cara unos huevos, en mis tetas otras tetas, en mis manos pollas pasan sin parar, en mis piernas de todo. La vista no logra captar nada a más de 1 metro, sólo carne, pelos. El oído es brutalmente golpeado por continuos jadeos, gritos y gruñidos. El ruido de un sexo separándose de otro, el ruido de la carne chocando...

Por fin logro salir medio vestida con las ropas de otra y aún mareada de la intensidad del ambiente de ese estudio. Cierro la puerta observando ese enjambre de cuerpos en éxtasis retorciéndose como un único ser. La ropa se engancha a mi cuerpo y me encuentro con el primer amante en el rellano.

Sigue fumando y sus ojos le brillan como siempre.

Sin decirme nada abre la puerta y se queda ahí observando: -"esto va bien. Muy bien."

Otro mes después:

Ni siquiera llego al bar.

En la puerta de la calle se acumula un gentío desproporcionado, todos empujando e intentando entrar.

Como puedo me voy colando entre la gente. Siento una necesidad irrefrenable de seguir subiendo. A medida que voy avanzando las ropas empiezan a escasear. Las escaleras son un río de gente fornicando, manoseándose. No llego al primer piso y ya he perdido mi camiseta. Ya en el rellano unos dedos me agarran las tetas y tiran de mi sujetador. Una polla entra en mi boca. Es enorme. Me cuesta dejarla, no suelen encontrarse de semejante calibre, pero debo seguir. De subida al segundo piso pierdo los pantalones y, de nuevo en el rellano algo se mete en mi coño.

Una de mis piernas cuelga sobre el vacío del ojo de la escalera y una polla me trepana el coño sin parar. Cansada de oírme gritar otra polla me silencia con toda su longitud.

Llego al tercero, el piso del estudio, completamente desnuda y habiéndome comido tres pollas, dos coños otros tantos culos y con el coño y el culo bien servidos.

La entrada al estudio está imposible. A medida que me acerco el calor que siento es insoportable. Todo mi cuerpo cosquillea y soy incapaz de controlarme. Me vuelvo a comer una polla hasta que revienta en mi boca con todas sus fuerzas. Con la leche sobre mi lengua me giro un poco y meto toda esa leche en el coño de alguna. Mi blanquecina lengua separa los labios hasta encontrar el caramelo interior y se mete dentro. Saboreo su ácido mientras una polla se mete en mi culo. Duele. Escuece, pero no me importa. Quiero y necesito más. El coño de mi boca se convierte en un culo. Aún me queda un poco de semen para él y así se lo hago saber. Nunca había probado nada tan delicioso.

Repto entre la gente hasta llegar al centro del estudio. El espectáculo no tiene fin: negros, blancos y amarillos. Mujeres, hombres y de todo. Me entretengo un momento con un travestí de polla imposible y tetas perfectas. A mi lado una mujer consigue ponerse de pie y, arqueando un poco sus piernas, empieza a mear sobre la gente que tiene debajo. De repente las caras se giran y las bocas se abren para recibir la lluvia brillante. Yo me estiro e intento acercarme con mi boca bien abierta. Apartando cuerpos y miembros a mi paso logro acercarme. Parezco una náufraga que ve un río después de años de navegar por el mar. No consigo llegar a tiempo. La fuente se ha reducido a unas simples gotitas moribundas. Viendo mi desesperación enseguida se une algún otro voluntario a darme de beber. Miles de lenguas me recorren sorbiendo el caliente champán que me cubre el cuerpo. Con las gotas salpicando mi cara y mi cuerpo convertido en una inmensa copa me friego las tetas, me pellizco los pezones.

Bueno mañana os seguiré contando como termina la historia de este diabólico picadero

jueves, 22 de mayo de 2008

Diabolico Picadero 2ª Parte

Aquí sigo con la historia de este picadero diabólico.

Ya con nuestras lenguas enredadas nos llevamos la sorpresa de no estar solos. En el pasillo una pareja folla contra la pared, impasible a nuestra presencia, él con los pantalones en los tobillos y ella con la falda por encima de la cintura y su cara contra la pared.

Gritos y muelles chirriando nos indican que las habitaciones tampoco están desiertas. Y, no se cómo, pero estoy segura que en la habitación de siempre está el primero dando buena cuenta de otra fémina bien abierta de patas.

Descartada la opción de marcharse y, siendo imposible esperarse, rematamos la faena en el pequeño sofá de la sala.

De rodillas con la boca abierta y la lengua fuera, y ya esperando el regalo final, veo como el del primer día acompaña a la chica de hoy hasta la puerta. Después de cerrar y despedirse, se gira y nos ve. De nuevo ese brillo en los ojos. Tengo que contenerme para no levantarme y dejar al de hoy ahí tirado. Con los chorros impactando en mi cara le oigo reír. Los chorretones en mis ojos me impiden ver como se marcha por la misma puerta que la chica. De nuevo capto ese olor a azufre, pero lo atribuyo a que el tío que se está corriendo en mi cara debe ser minero.

Después de limpiarme me encuentro con la sala desierta. De camino a la puerta compruebo que el acompañante de hoy se ha unido a la pareja del pasillo. Sin compasión ambos se trajinan a la chica que, a cuatro patas, recibe en su boca y en alguno de sus orificios bajos.

Salgo sin despedirme y pensando por donde se la estaba metiendo el de atrás.

Un mes después:

-"Si quieres, en 60 segundos mi coño es tuyo".

Las formas cambian pero el resultado es el mismo.

Hace un mes que no subo y estoy cachonda pérdida. Ya en el ascensor se la chupo sin ni preguntarle el nombre. Abro la puerta con una mano en la llave y en la otra su caliente polla.

Nada más abrir ya vemos una pareja ajetreada tras la puerta. El pasillo es una alfombra de cuerpos enroscados y la sala una oleada de miembros acoplados y goteantes. Sin mirarnos, los dos nos unimos, cada uno por donde puede. No hay caras, ni personas, sólo cuerpos entrelazados, miembros colgantes que chupar, cuencas donde meterse, rodillas y codos que se clavan y lenguas incontrolables que contactan con lo primero que pillan. Yo recibo y doy por todos sitios sin saber por donde viene cada cosa ni saber exactamente lo que se introduce dentro de mí. Es un puzzle infinito y nosotros somos las piezas. De vez en cuando alguna se resiste y hay que forzar un poco pero acaba cediendo. Tampoco importa si encajas o te encaja una pieza de tu mismo color o del color opuesto. Y, luego, una vez encuentras tu sitio, detrás de ti llega la siguiente pieza buscando lo mismo. Y lo encuentra. Y así sin parar hasta formar un cuadro abstracto al que cualquier idiota podría ponerle título.

Y todo esto sin descanso. Algunas pollas se retiran totalmente exprimidas y exhaustas, algunos culos irritados, algunas mandíbulas desencajadas, otros, simplemente salen a respirar. Cuando lo hacen, no duran más de cinco minutos. Enseguida caen sobre ellos nuevos miembros, ávidos por follar y ser follados.

Enseguida todos resbalamos sobre un mar de semen y fluidos vaginales.

Intento escaparme un par de veces, pero soy arrastrada y cubierta por cuerpos ardientes y todos mis huecos se llenan de pollas, dedos, culos y coños de todas las edades, colores y sabores.
Mis sentidos se saturan: mi olfato no da abasto, océanos profundos, cloacas malolientes, axilas e ingles concentradas, el sabor es incapaz de acertar: semen, sudor, fluidos varios. El tacto, joder el tacto. Toda yo soy un tacto. En mi cara unos huevos, en mis tetas otras tetas, en mis manos pollas pasan sin parar, en mis piernas de todo. La vista no logra captar nada a más de 1 metro, sólo carne, pelos. El oído es brutalmente golpeado por continuos jadeos, gritos y gruñidos. El ruido de un sexo separándose de otro, el ruido de la carne chocando...

Por fin logro salir medio vestida con las ropas de otra y aún mareada de la intensidad del ambiente de ese estudio. Cierro la puerta observando ese enjambre de cuerpos en éxtasis retorciéndose como un único ser. La ropa se engancha a mi cuerpo y me encuentro con el primer amante en el rellano.

Sigue fumando y sus ojos le brillan como siempre.

Sin decirme nada abre la puerta y se queda ahí observando:

-"Esto va bien. Muy bien."

Otro mes después:

Ni siquiera llego al bar.

En la puerta de la calle se acumula un gentío desproporcionado, todos empujando e intentando entrar.

Como puedo me voy colando entre la gente. Siento una necesidad irrefrenable de seguir subiendo. A medida que voy avanzando las ropas empiezan a escasear. Las escaleras son un río de gente fornicando, manoseándose. No llego al primer piso y ya he perdido mi camiseta. Ya en el rellano unos dedos me agarran las tetas y tiran de mi sujetador. Una polla entra en mi boca. Es enorme. Me cuesta dejarla, no suelen encontrarse de semejante calibre, pero debo seguir. De subida al segundo piso pierdo los pantalones y, de nuevo en el rellano algo se mete en mi coño. Una de mis piernas cuelga sobre el vacío del ojo de la escalera y una polla me folla el coño sin parar. Cansada de oírme gritar otra polla me silencia con toda su longitud.

Llego al tercero, el piso del estudio, completamente desnuda y habiéndome comido tres pollas, dos coños otros tantos culos y con el coño y el culo bien servidos.

La entrada al estudio está imposible. A medida que me acerco el calor que siento es insoportable. Todo mi cuerpo cosquillea y soy incapaz de controlarme. Me vuelvo a comer una polla hasta que revienta en mi boca con todas sus fuerzas. Con la leche sobre mi lengua me giro un poco y meto toda esa leche en el coño de alguna. Mi blanquecina lengua separa los labios hasta encontrar el caramelo interior y se mete dentro. Saboreo su ácido mientras una polla se mete en mi culo. Duele. Escuece, pero no me importa. Quiero y necesito más. El coño de mi boca se convierte en un culo. Aún me queda un poco de semen para él y así se lo hago saber. Nunca había probado nada tan delicioso.

Bien mañana os seguiré contado que sucede en esta locura de orgía.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Diabolico Picadero 1ª Parte

-Bien hoy les voy a contar lo que me sucedió estando en un Púb. tomando unas copas no os lo perdáis porque seguro que os gusta.

"Si quieres, en 60 segundos la tienes toda dentro"

-"¿Cómo?"- respondo yo. Le había oído perfectamente pero no me lo podía creer.

-"Me has oído perfectamente"- Me contesta el desconocido con el humo de un cigarro flotando entre sus labios. Sus ojos negros brillan mientras me mantiene la mirada. Durante unos instantes me parece captar un leve olor a azufre y una especie de aura brillante rodeándole. En ese momento no existe nadie más. Sólo él y yo.

Me lo miro fascinada y caigo en un vacío del que sólo me pueden rescatar su mirada, sus gestos y sus palabras.

-"Yo no lo hago en los lavabos" contesto segura de haberle tirado los planes por los suelos.

-"Nada de eso. Aquí al lado tengo un pequeño estudio, arregladito, limpio y, lo más importante, solo para nosotros."

Su mirada me hipnotiza. Me siento extraña y, sin saber cómo, acepto.

Nos presentamos mientras salimos del bar. Nos sonreímos mientras él abre la puerta de la calle. Contactamos por primera vez en el ascensor con roces suaves y rápidos. Nos besamos mientras la puerta del estudio se abre y entramos dando tumbos sin soltarnos. Avanzamos por el pasillo dejando rastros de ropa en el suelo. Me la mete nada más caer sobre la cama.

Al final no han sido 60 si no 300…. Pero no está mal, cinco minutos para dejarse follar por un desconocido.

El polvo es extraordinario para tratarse de algo tan improvisado y con alguien desconocido. Casi ni la he visto, pero siento una polla maravillosa, potente e incansable. Lo mejor es el bis, donde dejamos la penetración para el final y seguimos con un buen repertorio bucal recíproco y generoso, unos toqueteos completos y, por su parte, una histórica comida de ano que me deja temblando hasta que vuelve a acabar dentro del condón. Es de enmarcar su movimiento de lengua. Parece algo con vida propia, demostrando, dentro de mi ano, una movilidad abrumadora para un sitio tan estrecho. Y ya vista de cerca, su magnífica polla. Unos 20cms. poderosos y recios que no me canso de chupar y recibir dentro de mí. La cosa llega a su fin de madrugada, sobre las 5 de la mañana, con cuatro condones anudados en el suelo de la habitación.

Todo acaba con la facilidad que empezó: -"bueno, un placer, ha sido genial, adiós, adiós. Nos llamamos. Sí claro" – y un portazo de despedida. Ni yo esperaba más ni el quería menos. Todo en su justa medida.

Una semana después:

-"Si quieres, en 60 segundos la tienes toda dentro". El ofrecimiento me viene desde atrás, susurrado en mi oreja con decisión. No puedo reprimir una sonrisa.

Me giro.

No es él.

-"Vale. Demuéstramelo"- le digo interesada por la coincidencia.

Le sigo fuera. La misma puerta. El mismo ascensor y la misma secuencia de sucesos. Las diferencias: vamos a otra habitación y el nuevo empieza con una generosa comida de coño que le agradezco arrancando unos cuantos cabellos al correrme en su boca.

Mientras intentamos llenar el segundo condón me llegan unos alaridos de la habitación contigua, la que ocupé la semana pasada.

Cinco minutos después somos cuatro en la cama y dos pollas para mí. El de hoy me folla a cuatro patas mientras el de la semana pasada alterna entre mi boca y la de la tía que se ha subido hoy. Las dos nos deshacemos por la polla del de la semana pasada. Hay de sobras para las dos pero luchamos por conseguirla, ya sea en la boca, o en cualquier otro sitio. Nuestras bocas la buscan continuamente mientras el otro nos la va metiendo alternativamente por detrás.

Las dos acabamos exhaustas de tanta polla, sudando desnudas sobre la cama y repletas de leche, tanto por fuera como por dentro.

Nos despedimos con la misma eficiencia de la otra vez pero hoy el nuevo me ofrece una llave del estudio para venir a disfrutar cuando y con quien quiera.

Es genial comprobar como el encuentro con un desconocido en un ascensor no cambia nunca, aunque le acabes de comer el coño y ella te haya metido tres dedos en el tuyo, ni que ella te haya lamido el clítoris mientras te sodomizaban, o tu hayas acompañado una polla bien dentro de su culo… pese a todo eso, somos incapaces de hablar de nada más que no sea el tiempo mientras nos miramos de reojo cabizbajas y movemos los pies nerviosamente.

Dos semanas después:

-"Si quieres en 60 segundos la tienes bien dentro de mi".

El receptor de la oferta me mira ensimismado.

-"Aquí al lado tengo un pequeño estudio, arregladito, limpio y, lo más importante, solo para nosotros."

Ahora soy yo la guía, la que abre la puerta, la que llama el ascensor y la que entra en el estudio.

Bueno hasta aquí os cuento hoy mañana os seguiré contando porque esto sigue y muy interesante.

sábado, 17 de mayo de 2008

Atendiendo El Consultorio

Salí de casa en busca de trabajo compre mi diario marque varias opciones en especial una que decía solicito señorita para atender consultorio como recepcionista de 20 a 25 años de edad sin problemas de horario.

Tome rumbo hacia la dirección cuando llegue al lugar parecía todo menos un consultorio me recibió una dama muy elegante alta delgada hermosa me paso al recibidor leyó mi solicitud me echo una mirada de arriba abajo me ofreció una soda y luego comenzó diciendo que en realidad el trabajo se trataba de dar masajes a hombres yo le dije que no sabia a lo que contesto que no me preocupara que ellos me enseñarían todo, la paga era muy buena acepte después me paso a una habitación donde había una muchacha con una bata blanca por arriba de la rodilla y tacones muy altos al entrar le dijo:

- Ana enséñale como damos el servicio.

Luego paso un hombre maduro completamente desnudo se tendió en una cama boca arriba Ana comenzó por rociarle un liquido con aromas en su cuerpo luego comenzó a dar suaves masajes el cliente de inmediato tubo una erección Ana tomo su polla en sus manos y de pronto comenzó a mamar yo me di cuenta que en realidad el trabajo era de mama pollas tardaron escasos minutos y el cliente se corrió se levanto y se retiro.

Cuando el salio Ana me dijo que no tuviera miedo que había clientes muy especiales dijo que yo tenia un bonito cuerpo y que con un poco de suerte podía atrapar a un cliente importante.

Al tercer día de aprendizaje me dieron mi uniforme la batita los tacones altos unas medias blancas de encaje con ligueros me maquillaron de tal forma que hasta yo me sorprendí en verdad parecía una muñequita de porcelana me llevaron a una habitación donde habían varios hombres muy elegantes y varias chicas con el uniforme todos se me quedaron mirando lanzando un gesto de admiración había un hombre en especial al que todos tratancon respeto las demás chicas lo rodeaban tratando de ser la elegida.

El llamo a la dueña y le dijo:

- La señorita es la nueva? la quiero para mi.

La señora me llevo a una habitación donde me dijo:

Le gustaste él es un cliente muy especial quiero que lo trates bien y lo obedezcas en todo si le agrada tu trato el será muy generoso contigo quieres?

Yo conteste que si.

Tomo un vestido largo rojo abierto a un costado hasta la entrepierna me puse unas medias negras igual a las que traía solo que me dijo que no llevara pantis pues a el eso lo excitaba mucho solo medias y liguero cuando salimos el esperaba en un auto con vidrios obscuros los asientos eran de piel cuando subí me dio un beso en la mejilla y me dijo que al sentarme me levantara el vestido que quería mi trasero sobre la piel de el asiento, hicimos un largo recorrido hasta llegar a una mansión me sorprendió ver varios autos estacionados bajamos atravesamos un amplio jardín llegando a un patio donde había por lo menos unas 8 parejas bailando y bebiendo.

Cuando entramos todos callaron me saludaron y me hicieron sentir confianza pusieron música para bailar mi cliente me tomo por la cintura bailamos me dio un beso en la boca después de un rato alguien dijo ya es hora a lo que mi cliente dijo a una señora madura prepárala la señora me tomo de la mano llevándome a una habitación al llegar me pidió que desnudara dándome un vestido verde agua muy corto dejándome puestas las medias y el liguero todo se me veía la mujer me volvió al punto de la reunión al llegar ya habían puesto una especie de tubo al centro pusieron música y me pidieron les hiciera un baile exótico les dije que nunca lo había hecho pero que lo aria lo mejor que pudiera comencé a bailar muy provocativa me subía al tubo y cada vez que lo hacia gritaban pelos, pelos, pelos poco apoco me quite el vestido quedando en medias yo estaba mojada de la excitación mi vajina hervía mi mente estaba en trance me imaginaba muchas cosas como ser cogida en ese momento por mi cliente.

Al terminar la música todos caminaron hacia mi me tomaron alzándome como cuando cargan a un torero en todo lo alto me llevaron a una especie de jardín donde había una especie de vela de plástico sujeta al suelo me bajaron y dos de los hombres me tomaron cada uno de una pierna y de mi espalda me levantaron y una mujer paso sus dedos por mi vajina diciendo esta mojada, otra mujer tomo un frasco vaciando un liquido en el palo de plástico los dos hombres me pusieron la vajina en la punta de ese palo me fueron bajando metiéndome un buen tanto yo gritaba no de dolor sino de placer pues nunca había sentido lo mismo me sacaron del palo y fue cuando comenzó lo bueno pues me ataron en una mesa que tenia grilletes mis piernas quedaron dobladas mis manos estiradas de tal modo que mi vajina se veía en todo su esplendor las mujeres se aproximaron a mi dándome unas mamadas y acariciando todo mi cuerpo poniéndome mas caliente que nunca cuando se hicieron a un lado estaba tan mojada y caliente que deseaba una verga con urgencia.

Toco el turno a los hombres sin soltarme también mamaron mi vajina alguien metió un dedo en mi culo arrancándome un gemido de placer el cual callaron con una polla en mi boca mis manos también estaban ocupadas con una polla cada una tuve un orgasmo prolongado pero a pesar de eso no me follaba nadie yo les pedía les rogaba me follaran pero ignorándome todos se retiraron dejándome amarada en la oscuridad.

No se cuanto tiempo paso parecía un sueño de pronto llego él mi cliente me pregunto si deseaba ser follada a lo que yo conteste si follame ya se arrodillo y volvió a mamar mi vajina con tanta suavidad que de inmediato me arranco otro orgasmo soltó mis ataduras me puso boca abajo y comenzó a mamar mi culo de pronto metió un dedo separo mis nalgas y derramo liquido en mi culo puso la polla en mi culo y de un solo ataque me follo hasta el fondo su polla no era muy grande pero tenia una forma de follar tan sabrosa que no quería yo que terminara.

De pronto apareció otro hombre y mi cliente saco su polla del culo dándole paso a su amigo el cual de inmediato me follo por el culo su polla era mas grande me dolió un poco salio otro y me hicieron un rico y delicioso sándwich.

Estuve con ellos todo el fin de semana follando con todos, en todas las posiciones creo que nunca olvidare esas pollas esas manos expertas pues en verdad me follaron de lo mas rico hoy en día estoy mas interesada en tener otro encuentro donde sea yo sometida y follada pero lo que mas me gustaría es volver a sentir el placer que sentí cuando fui follada por ese palo de plástico quizás algunos lo vean anormal pero para mi que lo sentí ha sido la mejor experiencia de mi vida.

lunes, 12 de mayo de 2008

Fiesta Del Pijama 2ª Parte

Bien aquí sigo con lo que le hicimos a Vanesa.

Le dije a Mely que la agarrara y yo fui a su raja. Se la besé y acaricié, y le metí la lengua, pero no era eso lo que quería. La metí un dedo de golpe y empecé a removerlo dentro. Vanesa gritó y nos suplicó que la soltáramos, se le habían humedecido los ojos y le caían lágrimas por las mejillas, pero eso solo hizo que nos excitáramos más. La metí dos, tres dedos, y empecé a follarle el coño con ellos, con fuerza, arrancándola gritos y jadeos. No parábamos de insultarla y de preguntarla si le gustaba, si estaba disfrutando, si la follaba así su novio. Su coño se empezó a mojar y le llevé mis dedos empapados a su boca para que me los chupara. Lo hizo con repugnancia, mientras Mely me besaba y me lamía las tetas con deseo.

Le dije a Mely que la agarrara mientras iba un momento a mi habitación. Volví con un consolador, y me encontré con que Mely le había sacado las tetas fuera del sujetador y se las estaba lamiendo, mordiéndole y pellizcándole los pezones con fuerza, y a Vanesa gimoteando como una perra. Conseguimos, a pesar de sus tirones y súplicas, ponerla a cuatro patas; yo me encargué de agarrarla de los brazos y Mely se dedicó a penetrarla el coño con el consolador. Es un consolador bastante grande, más que una polla de tamaño normal y Mely se lo introducía hasta el fondo con furia, estaba disfrutando tanto como yo. La follaba con él como si fuera una polla de verdad. Vanesa se revolvía y gritaba, y yo tenía que agarrarla con fuerza y golpearla la cara con violencia para que se callara y se calmara, diciéndola que si se relajaba y disfrutaba de la experiencia sería mucho mejor para ella. Por fin se fue relajando poco a poco, quizá se estaba quedando sin fuerzas o quizá se había corrido y su cuerpo se relajaba. Mely me lo confirmó enseñándome el consolador empapado y goteando fluidos.

Decidimos cambiar los puestos, y Mely se encargó de agarrarla, aunque ya no era necesaria tanta fuerza y la movimos para que pudiera tumbarse delante de ella, colocándole su coño a la altura de la cara de Vanesa. Yo la agarré de las caderas y le di cachetes en las nalgas hasta que se le pusieron rojas, diciéndole que le comiera el coño a mi amiga. Nos costó algo convencerla, pero al final abrió la boca con repugnancia, sacó la lengua y empezó a chupárselo. Mely la agarró de la cabeza y se la hundió bien en su coño, mientras me decía que se lo estaba haciendo muy bien, que era una puta que deseaba comer coños.

Yo empecé a rozarle el agujero del culo con el consolador. Vanesa apartó la cabeza del coño de Mely y pegó un grito suplicando que en el culo no.

–Que raro, antes nos contaste cómo te gustaba que te enculara tu novio.

-¡Era mentira!...por favor…soy virgen de ahí…

Aquello me excitó con locura y empecé a presionar la cabeza del consolador contra su agujero, gritándola que le comiera el coño a Mely. Lo tenía muy cerrado, y decidí escupirlo y dilatarlo un poco con mis dedos. Ella se agitaba aterrorizada, pero Mely la tenía bien sujeta y la sujetaba la cabeza para que no gritara y no pudiera hacer otra cosa que comerle el coño. La metí un par de dedos para dilatarlo, pero era difícil, se encogía por la tensión de su cuerpo. Cuando lo tuve bien empapado de saliva probé otra vez con el consolador. Esta vez la cabeza entró fácil, y empecé a presionar lentamente.

Con la boca en el coño de Mely, Vanesa gemía y gimoteaba sin parar. Mi amiga empezó a agitarse y se corrió en su boca, obligándola a tragarse todos sus líquidos, pero no la dejó que sacara la lengua de su coño, quería más.

Yo le metia el consolador más y más dentro hasta que entró entero, y lo dejé ahí un momento para que lo sintiera llenándole el culo. Me acerqué a Mely y la besé con locura en la boca. Volví al culo de Vanesa, dispuesta a follárselo con el consolador. Se lo fui sacando lentamente, que notara cómo se deslizaba por su interior y se abría paso entre las paredes de su ano. Cuando lo saqué tenía algunas gotas rojas en la punta, y el culo se veía muy abierto y dilatado, así que empecé a meterlo y sacarlo, despacio al principio, pero más rápido y fuerte cada vez. Mely, entre gritos y espasmos, se corrió otra vez en la boca de Vanesa y esta no paraba de convulsionarse, hasta que fue parando poco a poco, y su cuerpo se relajó; dejó de agitarse, ya solo gimoteaba, con la boca llena de fluidos y el consolador entrando y saliendo de su culo. Cuando me cansé lo saqué y se lo llevé a su boca para que lo chupara. Esta vez no hubo que obligarla, ni gritarla, ni golpearla, lo chupó sin decir nada, mientras lloraba de vergüenza y humillación.

Decidimos dejarlo ahí, viendo cómo ya no quedaba rastro de su soberbia y desprecio. Se arrastró hasta una esquina de la cama y se quedó allí acurrucada sin decir nada, solo oíamos sus gimoteos. Mely y yo nos dimos placer aún un rato más, hasta nos quedamos dormidas la una en brazos de la otra.

Por la mañana nos duchamos las tres por turnos, Vanesa no nos habló. En su cara se veían la humillación y la vergüenza por lo que había pasado, pero de nuevo vi un rastro de su desprecia hacia nosotras. Esta chica no cambiaría nunca. Aunque estoy segura que en lo más profundo de su ser lo había disfrutado, quien sabe, quizá dentro de no mucho venía a mí humillada pidiéndome que organizara otra fiesta del pijama.

sábado, 10 de mayo de 2008

Fiesta Del Pijama 1ª Parte

Nuestros novios se habían ido a una despedida de soltero, y nosotras decidimos hacer una fiesta por nuestra cuenta. Pero al final solo éramos tres las dispuestas a divertirnos, una de mis mejores amigas, y la novia de un amigo de mi novio, una chica con la que no tenemos mucha confianza, y que siempre me ha parecido muy soberbia, de las que suelen mirarnos a las demás chicas por encima del hombro. Les propuse ir a mi casa esa noche, y organizar las tres una fiesta del pijama. Mi amiga, Mely, aceptó entusiasmada, y la otra chica, Vanesa, también aceptó, pensando que era una buena excusa para conocernos mejor.

Antes debo decir que me gustan los hombres, tengo novio, ya lo he dicho, y disfruto muchísimo follando con él. Pero no me importa hacerlo con otra chica, siempre que me guste y sea atractiva, y Mely lo es, y mucho, por eso ella y yo hacía tiempo que éramos mucho más que amigas. Hubiera preferido ir a mi casa solo con Mely, y pasar toda la noche las dos juntas en una cama, pero ya que se había apuntado Vanesa, no quería decirla que no. Además, sentía curiosidad por ver si se unía a nuestros "juegos"; es soberbia y prepotente, pero es muy guapa y tiene un cuerpo estupendo, con dos tetas enormes, y me moría por comérselas.

Llegaron a mi casa juntas, cuando ya había anochecido, con bolsas con bebida y comida, y los pijamas, claro. Lo primero que hicimos fue ponernos los pijamas. Vanesa se metió en una habitación ella sola para cambiarse y Mely y yo nos fuimos juntas al dormitorio. Mientras nos cambiábamos aprovechamos para acariciarnos y besarnos un poquito. Mely estaba tan caliente como yo. Yo me puse un camisón semi transparente de tirantes muy cortito, sin sujetador; y Mely un pijama conjunto de camiseta de manga corta y faldita muy corta rosa con dibujitos estampados, se quitó la ropa interior, incluso las braguitas. Estaba espectacular, la camiseta se pegaba a sus tetas y le marcaba los pezones, no pude resistirme y le acaricié el culito por debajo de la falda y ella me respondió con un beso profundo en mi boca. Fuimos al salón y encontramos a Vanesa preparando la bebida y la comida, vestida con un camisón largo muy poco provocativo, con ropa interior, y mirándonos como si fuéramos dos putones. Esa mirada llena de superioridad y desprecio me llegó al alma, me dije que esa noche se acordaría de ello y se arrepentiría.

Nos sentamos en la alfombra y nos servimos las primeras bebidas. Empezamos a charlar y reír muy agradablemente. Con el alcohol nos sentíamos cada vez más animadas y sueltas, y empezamos a hablar de nuestros novios, de cómo eran sus pollas y cómo follábamos con ellos. Nos reíamos mucho. Le ofrecí una copa más a Vanesa, pero dijo que ya había bebido bastante y no quería más, pero la convencí, quería emborracharla y humillarla. Cuando llevábamos ya mucho alcohol y tabaco encima, empecé a acariciarle un muslo a Mely. Vanesa me miró extrañada. La acaricié un pecho y ella me dio un beso en los labios. Vanesa nos miró con repugnancia.

-¿Es que nunca lo has hecho con otra chica, Vanesa?, le pregunté para provocarla.

–Por supuesto que no, eso es asqueroso.

–Pues a nosotras nos gusta mucho, le dijo Mely.

Me acerqué a Vanesa y le puse la mano en su enorme pecho y empecé a acariciárselo:

-¿No te gustaría probarlo con nosotras?

Me apartó la mano con fuerza y me dijo que aquella broma no le gustaba, que estábamos todas muy borrachas y que era mejor que nos fuéramos a la cama a dormir. Cada vez la odiaba más, nos trataba como crías y ella la única adulta del grupo. Pero accedimos y nos fuimos a acostar, le pedí que nos perdonara, que no había sido más que una broma entre amigas y ella se suavizó un poco. Ya habíamos acordado que dormiríamos las tres juntas en la cama grande, para seguir hablando juntas de nuestras cosas. Conseguí convencerla de que al menos se quitara el camisón y se quedara en ropa interior, nos acostamos y apagamos la luz.

Vanesa estaba en el centro, entre las dos. Me quité el camisón y las braguitas. Ella lo notó pero no dijo nada. Me arrimé a ella para que sintiera mi cuerpo desnudo. La notaba nerviosa. La acaricié su pierna con mi pie y la puse una mano en su pecho. Me dijo que ya estaba bien, que no quería más juegos de lesbianas.

-¿Sabes?, me gusta mucho tu cuerpo, pero no me gusta nada tu actitud. Le dije muy seria.

Ella me miró extrañada.

–He intentado hacerlo por las buenas, te he dado la oportunidad de divertirte con nosotras y nos has despreciado, así que ahora lo vamos a hacer por las malas. Y diciendo esto la agarré con fuerza de las muñecas y me senté encima de ella. Vanesa todavía no entendía qué estaba pasando, y enfadada me dijo que la soltara.

Mientras, Mely la quitó las bragas. Vanesa estaba furiosa, dijo que la broma ya había ido demasiado lejos. Yo le pregunté si de verdad creía que aquello era una broma y me agaché para besarla; ella cerró con fuerza los labios y yo se los repasé con mi lengua.

-¡Abre la boca, puta!

Mi tono y mi insulto la asustaron y empezó a darse cuenta de que aquello no era ninguna broma, y más cuando notó la lengua de Mely en su raja. Vanesa abrió la boca para decirle que la dejara, y yo aproveché para pegar mi boca a ella y meterla la lengua dentro, pero la cerró con brusquedad casi mordiéndomela. Me puso furiosa. La abofeteé con fuerza en la cara. Se quedó tan sorprendida y asustada que esta vez no impidió que mi lengua entrara en su boca y la besara, después eché mi saliva dentro de su boca y la dije que se lo tragara. Mely nos había observado excitadísima y también la besó y la escupió en la cara.

Bueno hasta aquí os cuento lo que le hicimos os lo diré mañana os aseguro que os vais a excitar muchísimo.

lunes, 5 de mayo de 2008

Amante Negro 2ª Parte

Aquí os cuento lo que sucedió con este negro que me vuelve loca.

Me levanta y me lleva hasta un sillón de modo que quede sentada encima de el, me estira la blusa muy fuerte que me la rompe y me ve las tetas y me muerde el cuello y voy notando como crece su pene.

Me trato yo de sacar la falda pero el me dice no mi amor déjatela te quiero coger con ella puesta.

-Esta bien mi amor lo que me pidas.

-Ahora chiquita quiero hacerte un 69 me muero de ganas por comerme esas ricas nalgas y ese culito tan paradito.

Nos tumbamos en la alfombra de la sala yo encima de el haciendo un 69, lo que ocasiono el primer orgasmo de la noche al sentir su lengua recorrer mis nalgas, salir de mi raja y meterse en mi culo.

Yo se la mame muy lento primero le bese el glande poco a poco hasta verla completamente dura y parada era enorme y muy gorda fácil media como 20 cm., la mamaba solo la punta por que era enorme como para metérmela en la boca solo me cabía el glande rojo y brilloso en la boca.

Pero yo ya estaba desesperada por tenerla dentro de mi y le pedí que me follara, el me dijo claro mi amor.

-Oye espera papito quiero pedirte algo.

-Dime preciosa lo que quieras pídemelo.

-Eres el mejor amante del mundo y te quiero dar lo que todos los hombres quieren de mi.

-Que preciosa dime, dime.-Mi culo papito quiero que me des por el culo.

Me toma de la cintura y me da un beso muy tierno en forma de agradecimiento.

Me dirigía hacia una pared me incline un poco hacía delante y pare el culo lo mas que pude, se arrodillo detrás de mi y empezó a lubricarme al culo con la lengua y me decía:

-Que rico culo tienes preciosa es el mas rico que me he comido.

Eso ocasiono el segundo orgasmo de la noche yo solo veía en un espejo el reflejo de aquel negro metiendo su cabeza por debajo de mi falda.

-Chiquita abre bien ese rico culo que esto va doler un poco.

-Hay no por favor sácala, por favor, y comencé a llorar como una niña.

-Mi amor si te duele preciosa lo dejamos para otro día.

-No mi negrito no dámela toda por favor ay ay ayyyyyyyyy.

Primero será lento pero después de 10 minutos comenzó a moverse muy rápido yo sentía que me partían en dos y me la saco, pero sin decirme nada me la volvió a meter de un solo intento solo me bajo la falda hasta las rodillas y me hizo la tanga hacia un lado, cuando me dijo que se iba a correr le pedí que lo hiciera en mi culo, me lo lleno de leche hirviendo podía sentir como escurría de por mis nalgas y piernas.

Ese día me rompió el culo otras dos veces mas, una tumbados en la alfombra de la sala yo sentada sobre el comiéndomela hasta las entrañas y la segunda en la habitación donde duerme con su esposa como dos buenos amantes, recostados de lado el tomándome de la cintura esta cogida también fue riquísima pero no tanto como la primera.

Llevo de amante con el una semana y los lunes, miércoles y viernes son de sexo los demás días solo salimos a bailar, cenar, al cine y esas cosas que hacen los enamorados.

domingo, 4 de mayo de 2008

Amante Negro 1ª Parte

Hola mi nombre es Benedit y soy de francesa, tengo 19 años, soy de Tez. blanca pelo rubio, buen cuerpo bueno mejor dicho excelente cuerpo, 96 de pecho, 63 de cintura y lo que vuelve locos a todos lo hombres un culo bien paradito y firme de 97 cm. y de cara soy muy linda con unos precisos ojos claros.

Todo comenzó hace un mes cuando en la escuela me encargaron un trabajo acerca de la historia Americana, dijo la profesora que era por parejas y yo me llevo muy bien con una chica y claro que nos juntamos para hacer el trabajo las dos.

Nos pusimos de acuerdo de cuando hacer el trabajo y cuando y donde y ella dijo por que no lo adelantamos al salir de clases, no habrá nadie en casa y le dije que estaba bien y nos dirigimos a su casa.

Nos pusimos a hacer el trabajo como una hora después se oye un coche y me dice a esta hora llega papa debe ser el, y cuando entra me quede impactada al verlo un tipo negro alto y algo barrigón, mi amiga no es de color por eso me sorprendió al verlo pero no le pregunte nada de eso a mi amiga por que creí que se molestaría.

Cuando entra a donde estábamos nosotras nos saluda con un beso y se retira a la cocina el beso me excito un poco pero no dije nada.

De tanto buscar y no encontrar nada en libros mi amiga me dijo que su padre conocía muy bien todos esos libros y me pidió que por favor le hablara que estaba en la cocina.

Yo llevaba puesta la falda de la escuela y con ella me veo súper nalgona, y como su beso en la mejilla me había calentado se notaban mis pezones duro por encima de mi blusa, estando en la cocina le pedí al señor que si nos podría ayudar con el trabajo y el amablemente dijo que encantado de la vida ayudaría a una niña tan linda como yo.

Nos sentamos en el comedor los tres mi amiga a mi izquierda y su padre a la derecha, y estuvimos leyendo libros como media hora y mí amiga dijo que tenia que ira al baño, ya estando a solas su padre no tardo nada en empezar la conversación primero con tonterías de la escuela pero cuando noto que le estaba respondiendo en un tono algo coqueto me dijo :

- Oye pero que niña mas linda eres, debes tener muchos pretendientes verdad.

- Si algunos.

- Ya te interesa alguno.

- Pues la verdad si.

- Cuéntame quien es el afortunado.

- No se lo puedo decir, solo le diré que lo acabo de conocer y que estoy hablando con el en este instante.

- Preciosa siempre eres tan lanzada.-solo cuando alguien me interesa.De pronto me pone su mano en la pierna y me dice:

-preciosa eres liadísima a cualquiera vuelves loco tan solo con mirarlo.

Mientras su mano se dirigía a mi vajina que ya estaba muy mojada, pero en eso llego mi amiga y su papa se dirigió hacia la cocina, yo le dije a mi amiga que mañana lo continuáramos por que estaba muy cansada lo que estaba era muy caliente.

Me despedí de ella y le dije tomare un baso de agua de la cocina, y me dirigí a la cocina donde estaba su papa, y le dije nos vemos mucho gusto en conocerlo pero el me tomo de la cintura y me planto un beso delicioso en la boca, sentí su lengua hasta la garganta, al mismo tiempo me sobaba las nalgas duro como 3 minutos ese beso y fue delicioso.

Las siguiente semana solo pese en el iba a su casa con cualquier pretexto pero nunca lo encontraba y cuando si estaba solo era para besarnos y acariciarnos pero yo quería algo mas.

Paso otra semana mas y estando en la escuela no logre entrar a una clase y me dirigí a al casa de mi amiga para que me pasara los apuntes de esa clase llevaba mi uniforme puesto de la escuela. Y cuando abren la puerta era el cuando me ve no me dice nada solo me planta un beso en la boca me carga y me lleva dentro de la casa, ahora si continuaremos lo que dejamos pendiente mi amor estaba como loco me tocaba con mucha fuerza me sobaba las nalgas por debajo de la falda y me besaba las tetas por enzima de la blusa.

Bien lo que paso con el padre de mi amiga os lo cuento mañana.

viernes, 2 de mayo de 2008

Una Tarde Con Cuatro Jovenes 2ª Parte

Aquí os continúo como me folle a estos cuatro jóvenes.

Uno de los muchachos me acercó al borde de la mesa, me abrió las piernas y violentamente me metió toda su polla, me miró fijamente y me dijo:

- Vas a ver lo que es un buen polvo- y empezó un movimiento frenético y durísimo- ahhh , aaah, exclame. Me costó un poco coger el ritmo del joven pero al fin lo conseguí y cruzando mis piernas alrededor de su cuerpo acompasaba cada entrada y salida de la polla con un movimiento de cintura.El joven le embestía con dureza, estaba cada vez más excitado y los viajes que le metía eran brutales. El ritmo del polvo seguía y seguía creciendo,

- Dios me perforas, me revientas, la noto toda,

- Siiiiiii- gritaba , - diossssss como me gusta follarte, dioosss que polvo decía el-.Yo agarró el culo con fuerza de él y lo atrape hacia mi con gran presión

- Siiiiii, hasta el fondo, la quiero hasta el fondo.

Ese polvo era brutal, no tenía nada que ver con ninguno de los anteriores, el joven parecía poseído, me morreaba, me sobaba los pechos, me movía por la mesa y todo a un ritmo y una fuerza brutal. De repente levantó mi cuerpo lo apoyó contra una pared y siguió con sus embestidas descomunales.

- Me voy a correr y no quiero, quiero follarte toda la noche-, exclamó,

- Siiiiiii, máaaaaaaas- Yo solamente podía ya gemir pero aún tuve fuerzas para alargar un brazo y agarrar los huevos duros del joven – siiiiiii quiero tus huevos, quiero tu pollaaaa dentro toda, dame más fuerte, dame mássssssss- a cada comentario la excitación del joven crecía y cada vez me penetraba más salvajemente, los otros muchachos estaban asombrados casi asustados de lo que estaban viendo, del polvazo que estaban contemplando.

- No aguanto más me voy a correr- dijo el joven,

- Yo también, nos corremos juntos- respondí y al unísono comenzamos un orgasmo espectacular y extraordinario que duro un par de minutos. Nos mantuvimos unidos un buen rato y cuando por fin nos soltamos, yo me senté en una silla toda abierta de piernas y el joven se tumbo boca arriba en el suelo. Ese descanso a mi me duro muy poco tiempo pues aun quedaban dos muchachos con la polla dura y gorda.

– Ahora me toca a mí, ponte de rodillas en el suelo como una perra- dijo uno. Yo obedecí, el se colocó detrás y al momento ya me estaba follando por el culo. Yo cerré las piernas y comencé a mover el culo de una forma impetuosa proporcionándole un enorme placer al macho y por supuesto a mi. Tal era el placer que al poco el joven se corrió y lo más sorprendente yo también.El último de los muchachos que quedaba con la polla dura se tumbo en el suelo y me dijo que lo montase. Yo me colocó de pie encima de él y fui descendiendo poco a poco hasta que me introduje toda su verga. Empezamos a movernos y debido a la excitación del joven poco después se corrió, poco tiempo me estuvo follando pero el suficiente para que yo me volviese a correr. Era increíble llevaba cuatro orgasmos seguidos y me habían follado doce veces en menos de cuatro horas.

Yo me levantó, me lavó un poco me vistió y me despidió de los muchachos no sin antes decir que esperaba repetir lo vivido esta tarde.Esta historia es real, aunque parezca difícil de creer, y mi marido se ha enterado por unos conocidos comunes de los muchachos, y la verdad cuando se entero en vez de cabrearse se excito muchísimo.

Me gustaría saber si alguien que haya leído este relato también haya sentido excitación hasta el punto de tener que masturbarse imaginándome a mi y a mis muchachos.Un saludo

miércoles, 30 de abril de 2008

Una Tarde Con Cuatro Jovenes 1ª Parte

Hoy les voy a contar como me folle a cuatro jóvenes y como goce pareciendo una puta.

Ya me los había follado una vez y se quedaron dormidos así que cuando yo me desperté estaba ya anocheciendo. Me incorpore y observe los cuerpos desnudos de los jóvenes. Que tranquilos y descansados estaban, y pensar que no hace mucho habían desplegado toda su fuerza sexual, para calmar sus instintos, contra mi cuerpo.

Me puso en pie, estaba sudada y tenía restos de semen en las piernas y en los pechos, por que aunque casi todas las veces se corrieron dentro de mi vajina, dos veces lo hicieron fuera, una sobre las piernas y otra sobre los pechos quedando estos impregnados del líquido masculino. Lo más fácil para mi hubiese sido, aprovechando que los jóvenes dormían, vestirme e irme para casa, pero en cambio tome otra decisión. Me dirigí hacia la cocina, abrí la nevera y eche un vistazo dentro.Me puso un delantal de peto y me dispuse a preparar la cena, tal vez como recompensa por haberme echo pasar tan buena tarde.Una vez acabada mi tarea de cocinar desperté a los jóvenes,

- venga despertar que os tengo preparada la cena,

- ah que bien, muchas gracias- dijeron ellos.Se sentaron en la mesa y yo quede de pie apoyada en la cimera observando como devoraban la cena,

- Oye no vale, nosotros estamos desnudos y tu media tapada, venga sácate el delantal. Yo obedecí y colgué la prenda de donde la había sacado.
Casi habían finalizado de cenar cuando detectó que uno de ellos volvía a tener su aparato preparado para entrar en acción.

– Pero hombre ya estás así otra vez- dije a lo que él respondió

– Es que no sabes como me pones-

- Ya lo sé, ya- yo me inclinó hacia delante y enseñándole mi hermoso culo le digo,- ven, anda disfruta y hazme disfrutar

El se levantó al instante la agarró fuertemente por las caderas y tomando impulso le ensartó toda su gran polla,

- Sii, hasta el fondo, como me gusta, aaahhh- mi mujer no paraba de gritar, el se inclino hacia ella y le empezó a sobar de manera brutal los pechos, al tiempo que le decía al oído,

- Te gusta que te folle, verdad zorrita, te gusta sentir mi polla dentro verdad?

- Si me gusta, la quiero toda, fóllame, fóllame- entonces esa unión de dos cuerpos se movió hasta que mi mujer apoyó sus manos en la mesa, siempre sin que la polla del joven entrase y saliese a su gusto.Los tres de la mesa estaban ya excitados y con ganas de entrar en acción. Uno de ellos se levantó, abrió la nevera y sacó un bote de nata, puso en la punta de la polla de cada uno de sus compañeros y en la suya un pegote de nata.

– Venga golfa cómete la nata- entonces y siempre mientras era penetrada me movia hacia uno de los postres y lo empecé a comer,

- Uhmmmmmmm como me gusta, que comidita. Así una tras otra me las fui comiendo y justo cuando acaba con la última sentí como mi chocho se volvió a llenar de semen,

- Me corroooo, diossssss que polvo- gritaba el muchacho.
- Ahora nos toca a nosotros- y dicho esto me tumbaron en la mesa de la cocina, me cubrieron de nata y los tres golosos empezaron a comerme, los pechos, la boca y sobre todo el chochito. Estaba siendo devorada con devoción y pasión,

- Mira que eres golfa, menuda tarde llevas y aún lo que te queda, ahora su coño estaba siendo sobado por los dedos gordos y largos de un muchacho. Primero uno, luego otro y hasta otro dedo mas se acomodaron en el interior de su vajina y empezaron e moverse. La estaba masturbando y que placer sentía, se incorporó un poco para verse su sexo y como los dedos entraban y salían.

- Te gusta verdad?, te gusta esto puta-

- Si mucho, diosss, como me gusta-,

- Eres una perra en celo que no te das saciado, pero nosotros te saciaremos- y la velocidad de los dedos y de la pelvis de mi mujer cada vez aumentaban, - siiiiiii, siiiiiii- no paraba de gritar, hasta que – me corroo, joder me corrooooo- y al final sintió un orgasmo poderoso.Me tumbó en la mesa descansando, pero pronto volví al trabajo.

Bien lo que continua lo contare mañana para no cansaros no os lo perdáis.

lunes, 28 de abril de 2008

Baño Termal 2ª Parte

Aquí os cuento lo que sucedió cuando llegue a la habitación.

Iba a golpear la puerta de la habitación cuando escuche gemidos y jadeos del interior. Era Inés, su voz era inconfundible. "Dame más, quiero más". Mi primera intención fue retirarme pero mi curiosidad y el morbo que me causaba la situación me lo impidieron. Apoyé mi oreja y mi cuerpo sobre la puerta. Oí las palabras que se prodigaban aunque mi calentura me jugó una mala pasada. Debo haber hecho algún ruido porque sin darme cuenta se abrió la puerta y casi me caigo en brazos del masajista que me recibió con una sonrisa dándome la bienvenida. Inés estaba desnuda y se cubrió con las sábanas.

Fue un momento embarazoso pero Matías, que así se llamaba, rompió el hielo.

"Ahora estamos todos y podemos gozar de un momento maravilloso". Inés sonrió y yo me ruboricé. Se acercó y me tomó en sus brazos mientras hacía caer la salida de baño. Quedé solo cubierta por la bikini. Estaba excitada y dominada por las circunstancias. Solo salían de mi boca palabras pueriles tratando de disuadirlos ya que me imaginaba que no había vuelta atrás e iba a ser partícipe de una situación impensada. Por otro lado varias veces había fantaseado con una orgía y esta era la oportunidad de hacerla realidad.

Inés me desnudó totalmente y me empujó a los brazos de Matías. Me besó y yo instintivamente abrí mi boca y sentí su lengua pegajosa. Sus manos acariciaron mis glúteos y aproximaron mi pelvis a la suya. Sentí su miembro rígido palpitando. Apoyado en mi vientre llegaba al ombligo. Inés nos estimulaba y yo perdí todas mis inhibiciones. Matías me alzó en sus brazos y me depositó en la cama. Me situé entre sus piernas y aprecié su verga enorme y gruesa. La tomé entre mis manos y comencé con una mamada lenta y profunda. Las venas ingurgitadas de sangre y el glande descubierto me estimulaban. En cada caricia la cabeza llegaba hasta mi garganta. Apenas me cabía. Me olvidé de Inés, hasta que la sentí aproximarse y con todo desparpajo acarició mis senos y con voz temblorosa dijo:

"Que manera de chupar la pija, no me lo imaginaba querida".

Luego de algunos minutos de estimular la verga sentí un chorro intermitente que inundó mi boca. Me atraganté y tragué lo que pude haciendo arcadas, el resto escurrió por la comisura de mis labios. Limpié su verga lamiéndola y besándola. Inés me ayudó. Mientras lo hacíamos Matías gemía y nos incitaba con palabras obscenas. Su verga y sus testículos recibieron un tratamiento especial.

Estábamos desbordadas y allí no terminó la orgía. Mientras Matías se recostaba de espalda sobre la cama me situé de rodillas entre las piernas masturbando la verga que se paró inmediatamente. Me dediqué a mamarla con fruición. Al estar inclinada sobre su pelvis mi culo en pompa mostraba por detrás la vulva y el orificio anal. Entonces sentí las manos de Inés que tentada ante la visión que le ofrecía, separaba mis glúteos y su boca y la lengua se ocuparon de besar y lamer mis orificios preparándolos para la cogida.

Mi excitación hizo que me incorporase y colocándome a horcajadas guiase la verga hacia la vulva encharcada por mis jugos. La cabeza rojiza descubierta penetró la vagina y dilató las paredes. Cuando comenzó el bombeo me produjo un cosquilleo y una sensación como jamás había experimentado. Placer, entrega, lujuria, deseosa de ser llenada del semen viscoso que en chorros intermitentes derramaba Matías al eyacular. Gemía al unísono con mi amante. Inés se situó en 69 debajo abierta de piernas me ofreció su concha sedienta. Nos besamos mutuamente la vulva mientras acariciaba mis tetas. Era la primera vez que lo hacia pero no me desagrado. El gusto agridulce de los jugos pringosos que escurrían de su vagina es inconfundible y aún hoy los reconocería.

Matías seguía bombeando y yo desesperada lo incitaba. Inés con voz trémula me susurró "Como coges querida, sos una yegua insaciable"."Jamás me lo hubiese imaginado". Yo no era conciente de mis actos y respondía ante cada estímulo. Jadeaba y gemía. Mi concha se abría y desbordaba el semen que escurría por la pelvis de Matías. Inés se hamacaba y me besaba hasta que me pidió cambiar la posición, ella quería ser cogida nuevamente. Mientras Matías se colocaba por detrás lamí sus testículos.

Acompañé con morbosidad la verga de Matías observando como se introducía totalmente en la vagina de mi amiga que se agitaba ante cada embestida. Nunca había visto de tan cerca una cogida semejante. Era excitante y mi mano se posó en mi concha aún mojada e irritada, y me masturbé. Terminamos en un orgasmo ruidoso mientras Matías derramaba su semen en nuestras caras. Lo limpiamos entre besos y lamidas antes de incorporarnos y dirigirnos al baño juntos para tomar un baño de inmersión.

Matías se despidió sin cobrarnos el servicio pero con la promesa de que esa no sería la última vez. Vaya si cumplimos durante los días restantes de nuestra estadía. Fueron unas vacaciones inolvidables donde descubrí el placer al gozar del sexo sin prejuicios que aún hoy disfruto intensamente.

sábado, 26 de abril de 2008

Baño Termal 1ª Parte

Estaba estresada y junto con una amiga íntima decidimos descansar en las termas de Villa Elisa en la provincia de Entre Ríos. Fuimos dispuestas a disfrutar y gozar de las aguas termales y las ofertas sobre tratamientos de belleza y masajes relajantes que se promocionaban desde ese lugar.

Llegamos al hotel contentas y dispuestas a aprovechar las comodidades y las bellezas del complejo termal y enfrentar el desafío de vencer mis frustraciones del pasado.
Estaba contenta y durante la cena fui más locuaz que de costumbre intercambiando palabras con otros comensales. Luego de cenar nos acostamos con Inés rendidas por el cansancio comentando la magnífica impresión que nos había causado el hotel, la comida y la recepción del personal para finalmente quedarnos profundamente dormidas hasta la mañana siguiente.

Nos levantamos temprano y luego de desayunar nos informamos de las actividades y los horarios del día. Consultamos con el médico del complejo termal y nos dispusimos a tomar el baño con el agua a la temperatura aconsejada. Por la tarde, luego de dormir la siesta decidimos concurrir al centro de estética corporal para gozar de un masaje relajante y tratar de embellecer y refrescar nuestra figura con los profesionales con los que constaba el hotel.

Con Inés decidimos aprovechar todas las propuestas durante nuestra estadía y así lo hicimos. Estábamos dispuestas a gastar todo lo ahorrado durante el año para las vacaciones sin privarnos de nada.

Acá comienza el verdadero relato de lo que ocurrió durante nuestra estancia en el hotel. Yo rechazaba las relaciones sexuales desde mi adolescencia y solo esporádicamente me masturbaba terminando siempre con un sentimiento de culpa.

Inés era más liberal y decidida y fue ella quien tomó la iniciativa. Solicitó un turno y concurrió al consultorio para masajearse con una fisioterapeuta. Al regresar de la sesión me habló maravillas de su experiencia. Yo no me animaba. Jamás me había desnudado frente a otra persona y no me animé el primer día a acompañarla. Su insistencia para que pidiese un turno comentando lo que había disfrutado con su sesión, hicieron que me decidiese y finalmente pedí uno para el día siguiente. Debía superar mi timidez y mi vergüenza sin saber cual sería mi comportamiento ante una situación semejante.

Luego de tomar un baño termal y una ducha reparadora en mi habitación, me dirigí a la cita convenida en el consultorio de la masajista. Maruja era una mujer joven, bonita y de buen cuerpo. Vestía un delantal blanco por encima de las rodillas que dejaban a la vista sus magníficas piernas. Me recibió con simpatía y me tranquilizó explicándome que sabía de mis temores a través de lo que había charlado con Inés y me pidió que me desnudase y confiase en ella.
Me despojé de la ropa y solo cubierta con una toalla me recosté en la camilla. Una música suave ambientaba el consultorio. Delicadamente me invitó a colocarme de bruces y cubrió mi pelvis con una toalla. Mi corazón latía con fuerza y traté de poner mi mente en blanco. Sus manos untadas por un aceite balsámico comenzaron a masajear mi espalda hasta llegar a la cintura. Me liberó de la toalla y masajeo los glúteos con firmeza. Los abrió y yo instintivamente le aparté sus manos imaginando la visión que se ofrecía a su vista donde ya mis jugos mojaban la entrada de mi vulva depilada. Entonces se puso por detrás y desde mis pies con delicadeza comenzó con un masaje suave y persistente subiendo por las piernas, rodillas y muslos deteniéndose en los aductores a los que les dedicó una atención especial. Mi mente se había liberado y mi corazón se aceleró. Dejándome llevar por mis instintos cuando ella separó los muslos, no opuse resistencia. Maruja se había dado cuenta de mi estado y mis necesidades. Todo era sensualidad y erotismo. Abrí lo más posible mis piernas y entonces acarició el clítoris con suavidad e introdujo primero uno y luego dos dedos en la vajina comenzando con un masaje erótico. Comencé a gemir. Me hizo girar y boca arriba continuó con los masajes. Mis senos con sus pezones erectos y duros recibieron las caricias. Yo con los ojos cerrados me dejé llevar por mi calentura, tomé su mano llevándola a mi vulva que estimulada nuevamente descargó sus jugos entre jadeos y gemidos de placer. Tuve un orgasmo maravilloso. Quedé exhausta y relajada. Me incorporé, mis piernas flaqueaban y me apoyé en Maruja que besó ligeramente mis labios y me preguntó si estaba arrepentida. Le expresé que había experimentado una sensación de vergüenza y placer, pero que de ninguna manera estaba arrepentida por lo sucedido que me iniciaba en una nueva etapa para disfrutar de la sexualidad sin el sentido pecaminoso que había tenido hasta ese momento.

Al retornar a la habitación encontré a Inés descansando. Cuando entré sonrió "Como te fue, te veo relajada y feliz". No supe que contestarle pero era evidente que había disfrutado y mi sonrisa velada valía más que cien palabras.

"Mañana vendrá un masajista para atenderme a nuestra habitación". "Espero que vos también aproveches sus servicios antes de terminar nuestras vacaciones".fueron las últimas palabras cuando nos dirigíamos a almorzar para luego recostarnos a dormir la siesta.

Al día siguiente Inés me sugirió que fuese al complejo termal durante la hora que había convenido con el masajista para que la atendiese en nuestra habitación. Entendí su pedido sabiendo el "tratamiento" que iba a recibir. Mientras disfrutaba de las caricias del agua cálida me imaginaba lo que ocurría y no pude menos que sentir envidia e inconscientemente deslicé mis dedos sobre mi vulva desplazando la bikini bajo el agua. Necesitaba un tratamiento similar despojándome de mis últimos prejuicios. Cuando presumí que Inés estaba terminando con sus masajes, me bañé y me seque retornando a nuestra habitación enfundada en una salida de baño.

El complejo distaba unos 100 metros del hotel y corrí presurosa para conocer al masajista cuando se retirase.

Bien lo que paso cuando llegue a la habitación os lo diré mañana no os lo perdáis.