jueves, 8 de noviembre de 2007

En el Piso de Soltero 1ª Parte

Me vi introducida en esta situación cuando un par de amigas y yo habíamos quedado con unos chicos y ellas no pudieron venir y al final acabé yo sola con ellos.

Un par de amigas y yo habíamos quedado con tres chicos que unos días antes habíamos conocido en una sala de fiesta. Ellos eran un par de años o tres mayores que nosotras y dos de ellos vivían juntos en un piso.

La cita estaba programada en un céntrico lugar de mi ciudad, al que yo fui la primera en llegar. Estando allí fueron apareciendo los demás, salvo mis amigas que no se personaban. Había tenido experiencias antes con chicos, pero no con tres a la vez. Transcurridos unos minutos me llama una de mis amigas y me dice que no van a poder acudir, que ya quedaríamos con ellos otro día. Cuando les comuniqué la noticia uno de ellos decidió marcharse y los otros sugirieron que ya que habíamos echado el viaje, que podíamos pasar la tarde-noche juntos.

Al subir a la casa nos fuimos al salón y nos pusimos una copa cada uno. El güisqui pronto se me subió a la cabeza. La conversación pronto se desvió hacia el sexo. La botella de licor ya se había acabado, había pasado hora y media y estábamos bastante contentos, así que, ni cortos ni perezosos, empezaron a acariciarme.

Dado que estaba achispada las caricias empezaron a llevarme a un estado de éxtasis bastante agradable y mi vajina comenzó a humedecerse. Pronto empezaron los besitos en el cuello y a meterse manos por debajo de mi minifalda. Yo a esas alturas ya estaba completamente empapada y con mis pezones muy duros. A ellos el bulto en la entrepierna les era ya apreciable.

Uno de ellos comenzó a lamerme la cara mientras el otro, que me metía la mano hacia arriba por la pierna, ya había llegado a mi vajina. Me apartó el tanga y comenzó a pasarme sus dedos por encima, y de pronto, siento como se van introduciendo en mi agujero, primero uno, luego dos... Yo me abrí de piernas para facilitarle la entrada, en ese momento estaba muy cachonda como para pensar en otra cosa.

El chico que me manoseaba por arriba bajó los tirantes de mi camiseta y echó mano a mis tetas, que estaban muy duras. Agarró con cada mano una y hacía movimientos circulares. Jamás había sentido cuatro manos en mi cuerpo y estaba en la gloria. Me estaban masturbando y tocando las tetas al mismo tiempo, a cuatro manos, era una sensación única.

En esa postura estuvimos casi diez minutos hasta que uno de ellos dijo que ya era hora de comenzar "la fiesta". Me pusieron en pié y empezaron a quitarme ropa: primero me bajaron la falda, me daban palmadas en el culo y luego me quitaron la camiseta. Uno detrás de mi me desabrochó el sujetador. Solo me quedaba el tanga empapado. Yo estaba en pié.

Uno de ellos se arrodilló tras de mi y comenzó a besarme el culo y a acariciarme las piernas, mientras que el otro, parado delante, me estaba metiendo la lengua hasta la garganta a la vez que me apretaba las tetas con sus manos. Luego cogió lo poco que quedaba de la botella de güisqui y la derramó sobre mis tetas, y me lo lamía y mientras el otro seguía por detrás.

Yo ya estaba tan caliente que no pude más y tuve un orgasmo. Tras esto, mi respiración era muy fuerte, y ellos sabían que podían hacer conmigo lo que quisieran.

Me obligaron a ponerme de rodillas y a andar a cuatro patas hasta una habitación contigua donde había una cama. Mientras andaba a cuatro patas me azotaban el culo y me tiraban por la espalda y el culo licores de varias botellas que había por la casa.

Cuando llegué hasta la habitación, uno de ellos ya se había acostado en la cama, desnudo, y el otro, que venía tras de mi, me levantó y me puso sobre él. Yo lo único que atiné a decirle es que por favor se pusiera condón, a lo que respondió que siempre lo hacía, así que, cuando note el látex en mi vajina, me relajé y le facilité la entrada a su verga. Primero entraba y salía despacio, luego se aceleró el ritmo. Ya me habían penetrado otras veces, pero lo bueno estaba por llegar.

Bien aquí os dejo de contar hasta mañana y no os lo perdáis porque ya veréis todo lo que me hicieron.

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