domingo, 2 de diciembre de 2007

Mil Caricias 2ªParte

Aquí continúa esta aventura.

Me siento muy a gusto sintiendo cómo nuestros labios se muerden y se saboreaban con ganas. Después mi boca es invadida por tu lengua en busca de la mía que la recibe con ganas. Seguimos abrazados y pegados el uno al otro. Mi corazón palpita en mi pecho y tus tetas se oprimen entre tu cuerpo y el mío.

Tus manos pasan de la cintura, acariciando mi espalda, mi cuello y mis hombros. Es un beso increíble y deseo que no se acabe nunca. Vuelvo a besarte y a abrazarte. Otra vez me dejo llevar y mis uñas y mis dedos acarician tu cabeza mientras me concentro con los ojos cerrados en el fantástico beso. Tu lengua succiona la mía mientras que tus labios muerden una y otra vez los míos. Esto me calienta un montón. De nuevo, una vez más te aprietas contra mí y me besas. Me abrazas con fuerza y sigues besándome la boca, metiéndome la lengua entre los dientes. Empujo tu lengua con la mía y te la meto en la boca con pasión.

Siento mi cada vez más dura la polla apoyada sobre tu falda, frotándola de arriba a abajo contra tu pubis. Paso mi lengua por la comisura de tus labios. Luego paso a tu oreja y le doy unos buenos lametones, ¿te gusta?, noto como tu vello se eriza. Mientras besas mi cuello, acaricio tu espalda por encima del vestido, De la espalda bajo hasta tu culo, te lo agarro con fuerza por encima de la tela. Subo por tus caderas y acaricio de nuevo tus tetas. Gimes y me mordisqueas en el cuello. Me voy a correr de gusto... Te quito el sujetador suavemente y sigo acariciándotelas.

Tus pezones están duros y sobresalen del resto de tu pecho. Se dejan pellizcar despacito y ruedan entre mis dedos. Lentamente continuo tocando tu cuerpo, recorriendo con mis manos tu cuello, seguido de pequeños mordisqueos y lametazos, mordisqueando los lóbulos de tus orejas y soplándote suavemente en el oído, rozando levemente mis labios con los suyos, acariciando tus pechos, y haciendo que disfrutes de cada segundo. No quiero que esto acabe nunca.

Mis dedos bajan por tu cuerpo y siento tu olor y tu sabor impregnado por la humedad al quitarte las braguitas. Me pongo a tus pies para reverenciarlos, acariciarlos, lamerlos. Dedo a dedo, pasando por la planta, voy lamiéndolos para ir lentamente subiendo por tus piernas disfrutando de ese espectáculo que es estar con alguien deseable y agarrándome a tu culo. Recorro cada centímetro cuadrado de tu cuerpo con lentos y largos lametazos. Introduzco mi lengua en tu ombligo para girarla dentro, fuera, alrededor. Desplazo mi atención a tus pechos para recorrerlos con besos pequeños y cariñosos, tocando tus tetas, sujetándolas, acariciándolas, chupeteándolas, manoseándolas suavemente, adorando sus dos pezones.

Paso mis dedos por tus axilas y las beso y contemplo tu rostro apartándote el pelo de él y te meto mi dedo índice en tu boca, lubricándolo con tu saliva para llevarlo rápidamente a tu coño, poniendo la palma de la mano en tu pubis mientras recorro los labios de tu vulva lentamente sin abrirla. Mientras, continúo con tus pechos tragándomelos como si fuese a atragantarme, sujetando unos pezones que ya están tiesos, para volver a bajar hasta tu más sagrada zona. La tengo tan cerca, siento su placer, su aroma. Siento como su vello se levanta, como sus poros se abren. Te estrecho entre mis brazos y vuelvo a dejar que mis manos bajen por tu espalda hasta tener de nuevo tu culo entre mis manos. Lo cojo con fuerza y lo muevo acompasadamente de forma que se abra y se cierre a cada movimiento.

Deslizo mis dedos de un extremo a otro, deteniéndome donde sé que te gusta. Tus susurros son ya gemidos. Tu vientre roza mi pene. Lo acaricia con fuerza. Mi erección es ya tremenda, temo correrme si sigo. Deseo correrme, pero no aún. Comenzamos a quitarnos la ropa. Te agarro por los hombros Y te voy dando la vuelta mientras acaricio tu cabello y te doy pequeños tirones en el pelo. Me coloco a tu espalda mientras tú no dejas de restregar mi pene contra la calidez de tu culo. Masajeo tus tetas haciendo girar mis dedos en tus pezones. Suavemente, te hago recostarse contra el respaldo de un sillón cercano. Quiero acariciar tu culo,chuparlo, morderlo.

Das un suspiro que me hace comprender que mis caricias son deseadas. Llevo mis manos a tu pubis, con todo su vello afeitado excepto un suave triángulo en el monte de Venus donde conservas unos pelillos negros como el azabache y suaves como la seda. Pienso que te gustaría ser acariciada allí, con la piel desnuda. Paso mis labios. Mis besos son cada vez más decididos y exploro todo con mis labios.

La piel allí está húmeda, ¡Uhmmmm! y me embriago con su olor, con ese olor entre salado y dulce que tanto nos agrada a los buenos degustadores. Recorro con la lengua los labios externos de tu vajina y mordisqueo tu clítoris. Está duro. Es fácil de encontrar. Se hace notar. Mi lengua le da vueltas y de vez en cuando un chupetón profundo y prolongado. El movimiento espontáneo de tus caderas hace que pase toda tu raja por mi boca. La beso profundamente mientras la punta de mi lengua presiona queriendo entrar en sus profundidades. Sigo besando embriagado por los olores y los sabores, por las sensaciones que siento. Introduzco mi dedo, mis dedos, casi la mano entera en tu coño y froto arriba y abajo. Suave al principio, con más ritmo ahora.

Mañana os lo termino de contar.

No hay comentarios: