viernes, 7 de diciembre de 2007

El Regalo de Cumpleaños 3ª Parte

Bien aquí sigue la corrida de Mati.

Contestó ya más tranquila. Había perdido el recato. Se recreaba en la narración cómo si la estuviera viviendo de nuevo.

- Continua querida es muy emocionante. Le dije dándole unas palmaditas en las nalgas.

- Como te decía y como tú dices estaba tan calenturienta que solo veía un macho con el que poder dar rienda suelta a las fantasías acumuladas durante años. Cuando entro estaba sentada en la cama él me beso la frente se arrodillo y metió la cabeza debajo de la falda, sin sacarme las bragas empezó a lamerme el coño. No tarde ni diez segundos en tener el primer orgasmo, él siguió lamiendo todo lo que encontró por el camino, me corría una y otra vez no podía pensar en Roberto, Roberto solo era el medio para satisfacer a mis deseos carnales, Notaba que su miembro excitado me rozaba las piernas, deseaba que lo penetrara todo dentro de mi intimidad pero el gusto que me daba la lengua me hacia olvidar. Hizo una pausa y me miro a los ojos, buscando en mi rostro una señal que le indicara si estaba enojaba. El relato me absorbía y me provocaba una excitación desconocida pero muy placentera. Se acerco y casi llorando dijo.

- Lo siento estoy reviviendo aquellos momentos y me siento culpable de desear que me ocurra otra vez.

- Te comprendo querida, yo siento una extraña sensación desconocida. He de confesarte que estoy excitada y voy a mancharte la sabana de la humedad que desprendo. Estábamos abrazadas no podíamos mirarnos.

- Por favor continua. Le rogué con delicadeza. Ahora tenía la certeza de que sus temores se habían disipado.

- Ya casi he terminado. Estaba transportada y muy a gusto, le pedí que me introdujera su miembro entero dentro la boca que se la comería se puso encima arrodillado para que pudiera chapársela. Estaba tan cachondo que no tuve tiempo de saborearla, a los pocos minutos se corrió y me lleno toda la boca de líquido viscoso y calientito. Me dijo que esperara unos minutos que se le pondría dura otra vez y me follaría como a una gata. No pude reprimir mi pensamiento y dije. El muy cabrón no me lo contó así. Pero es igual. Algo así tenia que imaginar. ¿Y luego? ¿Cómo termino?

- Oímos ruido en la habitación contigua y esto es todo lo que ocurrió. Cuando termino el relato estaba excitada y nerviosa la causa del nerviosismo se me hacia difícil de asimilar. Nunca antes había sentido el deseo de ser acariciada por una mujer y este relato y la mujer provocaron esta nueva sensación. Por otra parte ella también estaba nerviosa si me rozaba con cualquier parte de su cuerpo se me quedaba mirando esperando alguna reacción por mi parte. En una de estos roces le así la mano con fuerza, se me quedo mirando fijamente. Sus ojos me decían que estaba deseando que yo tomara la iniciativa La acerque a mis labios y la bese con ternura. Ella respondió llevándosela a los labios y besarla. Sabía lo que estaba ocurriendo y no podía creer que estuviera a punto de liarme con Matilde. Ya que estaba abierta a cualquier situación, no tenia perjuicios en este sentido y decidí dejarme llevar por los acontecimientos que se estaban gestando.

Ninguna de las dos tomaba la iniciativa, las miradas lascivas y preludio de lo que iba a suceder se sucedían mirándonos con temor y lujuria a la vez. Yo ardía por dentro y por fuera no podía esperar más. Esta experiencia no la tenía presentida aunque en alguna ocasión Roberto había fantaseado siendo el anfitrión.

- Creo que las dos deseamos lo mismo. Le dije mientras me acercaba para besarla en los labios.

- Nunca he hecho algo así. Respondió temblorosa pero sin apartarse y esperando que mis labios rozaran los suyos.

- Yo tampoco. Le conteste con seguridad. Y esto es tan nuevo para mí como para ti, A fin de cuentas lo que necesitamos las dos es tener unos buenos orgasmos ahora y no mañana o después. Ella asintió con un vaivén de la cabeza ya que mi lengua estaba saboreando la suya. Abrazadas con fuerza los pechos se aplastaban, caímos tumbadas en la cama. - Si no té molesta apagare la luz, tengo un poco de vergüenza. Yo asentí ya encima de ella intentando desabrocharle la blusa. Nos hacíamos un lío intentando desabrocharnos mutuamente.

- Tendrías que cerrar con llave la habitación. Le susurre.

- No te preocupes, dentro de un rato sé Irán al cine, yo ya les dije que nosotras nos quedaríamos, pero la cerrare por si acaso. Se levanto y cerró la habitación con llave.

Las dos llevábamos falda ancha por lo que de momento no me la sacaría. Juguetear por encima era más excitante. Se echo encima y empezó a chuparme los mugroncitos que parecían pequeños penes Recorrí con la mano por debajo de la falda asta llegar a sentir el coño tan mojado como estaba el mío. Ella empezaba a bajar sus labios asta mi intimidad húmeda y deseosa de ser lamida con ferocidad.

- Cómemelo, cómemelo es todo tuyo.

- Si querida. Acto seguido note que su lengua también húmeda se movía entre las dos mitades de la vulva. Me puse encima de ella de forma que yo también pudiera lamerle el coño que Roberto había chupado. Así estuvimos, no puedo medir el tiempo pero si los orgasmos, Así estuvimos tres largos y lluviosos orgasmos, nos impregnamos de los viciosos líquidos que fluían sin parar. Nos acoplamos los coños, el uno contra el otro haciendo movimientos rítmicos arriba y a bajo en busca de otro orgasmo. Este último fue tan grande que nos quedamos embriagadas de placer.

Más mañana veréis que corrida.

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