jueves, 17 de enero de 2008

Con Cuatro a la Vez

En esta ocasión les voy a contar la historia de un día de trabajo en el cual no fue todo tan monótono como siempre.

Yo hace un par de meses trabajo en una empresa de turismo. Un día me toco suplantar a María Laura, una compañera de trabajo que siempre se encarga de preparar las reuniones de socios.

Ese día estando yo sola en mi oficina y en la sala de juntas que esta al lado se reunieron mi jefe y sus tres accionistas. Discutían sobre nuevos proyectos de viajes y cual colectivo nuevo iban a comprar, con este tema de la seguridad querían adquirir uno con muchas garantías.

En un momento mi jefe me llamo y me pidió cuatro cafés. Yo por supuesto los prepare y se lo lleve de inmediato. Luego de servirlos me retire nuevamente a mi oficina a navegar por Internet y esperar por si se les ofrecía algo más.

En un momento fui hasta la cocina a prepararme un té y cuando volvía escuche detrás de la puerta que uno de los socios le decía a mi jefe “Daniel esta muy linda tu secretaría, ¿si la incentivamos se animara a hacernos pasar un buen rato?”, yo sorprendida me fui rápidamente a mi oficina y me quede sentada pensando lo que había dicho ese hombre.

Como a los diez minuto mi jefe entro en mi oficina y cerro la puerta, me miro y me dijo “¿Quieres ganarte 300 dólares?”, yo le conteste “desde luego señor, ¿qué hay que hacer?”. El sonriendo me dijo “pasar a la sala de juntas y tener sexo con nosotros cuatros”.

Así que me puse de pie y me fui con él.

Al llegar a la sala de juntas los tres señores estaban sentados en el sillón, y mirándome me fijamente las piernas y las tetas.

Mi jefe me tomo por detrás y apoyo su miembro en el culo, de inmediato me comenzó a acariciar las tetas. Uno de ellos se me acercó y acariciándome las piernas me comenzó a levantar la minifalda, corrió mi tanga y empezó a chuparme la vajina.

Los otros dos se colocaron uno a cada lado mío y sacaron sus vergas de sus pantalones, yo las tome y las comencé a frotar, mezclando movimientos suaves y veloces.

El que estaba debajo de mí me saco la tanga, y me metió los dedos dentro de mi vajina al igual que su lengua. Mi jefe se saco el pantalón y me apoyo nuevamente su polla pero esta vez sin nada de ropa, luego se puso de pie él hombrezote que esta arrodillado y me agache en medio de los cuatro mientras le chupaba la polla a uno por vez mientras giraba entre ellos me fueron sacando la camisa y el sostén, al rato me puse de pie y me saque la minifalda, quedan únicamente con las ligas, las medias y las sandalias taco alto.

Mi jefe me tomo y me llevo hasta la mesa de juntas me hizo inclinar y me metió su polla, mientras que dos miraban uno de los muchachos se subió a al mesa y me hizo chuparle la verga, mientras me cogía los demás se intercalaban para que se las chupe.

En un momento mi jefe dejo de follarme y comenzó otro yo seguía chupando pollas a medida que se iban turnando para follarme, en ese momento estaba gozando como toda una señora puta. Uno de los muchachos se acostó en el sillón y yo me subí encima de él metiéndome hasta el fondo su verga gorda, mientras me cogía otro de los machos se me colocó detrás y luego de meterme un dedo en el culo lentamente me introdujo su polla, la sensación de tener dos pollas dentro era genial, mi jefe se colocó en frente mío y mientras me cogían le chupaba la polla.

El otro se frotaba lentamente la verga esperando a que uno dejara un agujero para que me pueda coger.

Mi jefe le dejo su lugar y se la empecé a chupar, el que me cogía por el culo saco su polla y lo dejo a mi jefe, yo entre chupada y chupada gritaba de placer, ellos gemían y decían “que puta tan buena”.

Rato después me coloque en el sillón chico en cuatro patas y de a uno comenzaron a cogerme por el culo, a medida que me cogían se iban pajeando y caminando hacia el frente mío y allí lanzaban toda su leche en mi boca, uno tras otro, dejándome el rostro lleno de leche y por supuesto trague leche como nunca lo había hecho.

Luego se vistieron, mi jefe me hizo pasar a su baño privado para que me aseara, después me coloque nuevamente la ropa, en esos instantes cuando salí del baño estaba mi jefe solito, me dio los 300 dólares y me llevo a mi casa.

Al llegar a ella se encontraba mi novio, me pregunto como me había ido, y yo le conteste que muy bien y que de seguro mi jefe me daría un aumento.

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