viernes, 22 de febrero de 2008

Doble Penetracion Anal 2ª Parte

Aquí sigo contando si la convencimos a Soraya.

Así lo hizo y su hermoso fundillo lo depositó de nuevo en la banca que muy pronto se convertiría en lecho de sexo lujurioso. Karina seguía ensartada en mi verga.

-Mujeres, les dije, tengo que comunicarles algo importante. Quiero decirles que hay personas que ven todo lo que hacemos en este rincón.

-No creo, comentó, Karina, porque está muy oscuro y estamos bien cubiertos.

-A ver.¿cómo está eso, papito?, preguntó Soraya.

-Nos ven en los monitores de la sala de seguridad, les respondí.

-¿De veras?, preguntaron las dos al mismo tiempo.

-Si, les dije de nuevo, pero a mi no me importa…no se a ustedes.

-Por mí que se vayan al diablo, dijo Karina mientras se arremolinaba sobre mi verga.

-Pues por mi…mejor, respondió Soraya, porque así me doy a conocer con más gente.

-Bueno…entonces vamos a darle una lección a los mirones, concluí diciendo.

-Oye…déjame algo de leche a mi, le dijo Soraya a Karina, se la vas a sacar toda a Adonis.

-Espérame un ratito, le respondió Karina…esto está muy rico…además…en un momento más, la vas a gozar como nunca.

Y sus labios se prendieron de mi boca.

-Entonces prepara tu culo porque te lo voy a atravesar junto con la verga de Adonis que tienes adentro…estás en una posición como para metértela hasta el estómago.

-Ay, como eres, le dijo Karina, pero Adonis y yo queremos que tu recibas la doble penetración anal como me la dieron anoche.

-¡¿Qué dices?!, preguntó Soraya alarmada.

-Si amor, le dijo Karina, en esa bolsa traigo el arnés con la verga que te voy a meter.

Con cara de sorpresa, Soraya sacó el juguete de la bolsa y dijo:

-Ay, no…esta verga es más grande que la mía…sería una locura que me follaran.

- ¿Por qué sería una locura?, le pregunté, ¿A poco nunca te han metido dos vergas al mismo tiempo?

-No me vas a creer, pero nunca lo he hecho.

-Pues como ustedes me dijiste anoche, le respondió Karina, siempre hay una primera vez y además lo haremos con mucho cuidado para que no te duela mucho. Yo conozco la mejor posición para meterte las dos vergas al mismo tiempo, jajajajajajaja.

Karina reía de buena gana, porque estaba repitiendo las palabras que Miriam le había dicho la noche anterior, para convencerla (convencerlo).

-Ustedes saben que yo también he fantaseado con la doble penetración, pero…me parece que no aguantaría.

-Anda, amor le dije, tu sabes que si aguantarías. Tu culo está preparado para eso y más.

-Bueno…está bien, dijo Soraya.

Aplicándose gran cantidad de lubricante anal y pidiéndole a Karina que le cediera el lugar para montarse en mi verga. Karina se me bajó y en su lugar de pronto tenía ensartado el culo de Soraya. Mientras tanto Karina se colocaba el arnés a su cintura, dejando ver al frente de su vulva una enorme vera de plástico color negro.

Con ciertas dificultades yo me había recargado en la banca convertida en improvisada cama, para que el trasero de Soraya quedara lo más respingado expuesto posible para facilitarle la penetración que le iba a propinar KArina con la enorme y descomunal verga artificial.

- ¡Ya métemela, Karina!, le dijo desesperada.

Karina se colocó de pié entre mis piernas, tomó con ambas manos la gigantesca verga artificial y acomodó la cabeza justo en el ano de Soraya que estaba ocupado por mi verga que la tuve que sacar un poco. Karina empujó junto conmigo y las cabezas de ambas vergas ensancharon el agujero de Soraya, quien abrió desmesuradamente sus ojos y su boca, de donde no quiso que saliera el grito de dolor que hubiera alertado a todos los que nos rodeaban.

-Esperen un poco a que se me dilate bien el culo, por favor, nos suplicó, Yo me regocijaba mamándole las tetas mientras esperaba desesperado a que su culo terminara de abrirse para soportar la última estocada que le estábamos preparando.

Cuando sentí que Karina empezó a empujar yo hice lo mismo y mi verga junto con la de Karina empezaron a entrar juntas rumbo a su destino final que eran los intestinos de Soraya que resoplaba y jalaba aire a sus pulmones desesperadamente. Poco a poco y muy lentamente las vergas se abrían paso desplazando los pliegues del ano de Soraya hasta terminar de ensartarse totalmente. Claro que la que la primera en llegar hasta el tope fue la mía por ser mucho más corta, y enseguida la verga artificial de Karina continuó su largo recorrido, quizá hasta el intestino delgado de Soraya, porque su intestino grueso estaba totalmente repleto de verga.

-¡Ay!, decía Soraya, esto es la locura, me está doliendo pero nunca había sentido tanta dulzura en mi culo. ¡Culéenme fuerte!...métanme la verga hasta el fondo…denme duro…duro…más duro.

Las palabras de Soraya me enardecían y Karina y yo le metíamos y sacábamos las vergas sin piedad y sin importarnos el posible rompimiento de los pliegues del ano de Soraya que seguramente iba a tardan bien rato en recuperar.

De pronto entre las plantas de ornato que estaban frente a nuestra mesa Jaime el administrador de la Empresa asomó la cara y nos dijo:

-¡Hey!, con razón no quieren ir a la cena baile.

Fue tal nuestra sorpresa que apresuradamente le saqué la verga a Soraya y lo mismo hizo Karina, pero al vernos descubiertos en situación tan comprometedora, Karina cometió la torpeza de retirarse hacia atrás bruscamente y con su desnudo trasero empujó y derribó nuestra mesa que fue a dar sobre las plantas de ornato, derribándolas hasta el piso del lugar y derramando las copas de vino que cayendo al suelo junto con las botellas, lo que ocasionó un gran estruendo que se escuchó en todo el bar. Los tres quedamos al descubierto en aquel rincón donde dábamos rienda suelta a nuestros instintos y se armó un escándalo mayúsculo cuando los demás parroquianos nos vieron desnudos. Se escucharon algunas carcajadas de los parroquianos, mientras algunos de ellos se acercaban a nosotros para tomarnos fotos con cámaras o celulares.

El momento era apremiante y por demás bochornoso. Tres meseros llegaron con manteles para cubrir nuestros desnudos cuerpos y pedirnos que nos retiráramos del lugar. Qué vergüenza estaba pasando. A duras penas alcancé a ponerme los pantalones, pero mis acompañantes no lograron vestirse con ninguna prenda y sólo pensaron en salir corriendo y yo detrás de ellas, bajo una lluvia de luces que salían de las cámaras que nos tomaban fotografías. En nuestro trompicado recorrido rumbo a la puerta de salida del bar, mis acompañantes perdieron el mantel que las cubría y quedaron completamente desnudas. Las cegadoras luces de las cámaras me impedían ver con claridad y salimos atropelladamente bajo una salva de aplausos que los parroquianos nos ofrecían. Se estaban divirtiendo de lo lindo, mientras yo moría de vergüenza.

Mis acompañantes desnudas y yo tomamos las escaleras para subir a nuestra habitación ante el murmullo de todos los huéspedes del hotel que nos miraban incrédulos. Sobre todo, yo sabía que llamaban la atención la descomunal verga natural de Soraya y la gigantesca verga artificial del arnés de Karina que no había tenido tiempo de quitárselo. Vaya escándalo en que me veía envuelto, como jamás en mi vida pensé que algo parecido llegaría a sucederme. Estaba pagando caro mi osadía. Afortunadamente yo había logrado ponerme los pantalones en donde traía la llave de la puerta de mi cuarto y entramos acelerados para tirarnos en la cama y tomar respiración. Volteamos a vernos unos a otros y sin pronunciar palabra alguna soltamos la carcajada más estruendosa y prolongada de nuestras vidas.

El momento bochornoso ya había pasado y ahora la situación nos parecía de lo más divertida. Una vez que pasara el momento de euforia, reiniciaríamos las acciones que Jaime interrumpió, pues nuestras vergas y culos seguían con nosotros, incluyendo el arnés que Karina portaba amenazante sujetado a su cintura.

Llamé al bar para que nos subieran unas botellas de vino tinto, para seguir celebrando los éxitos alcanzados en aquel congreso que resultó I-NOL-VI-DA-BLE.

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