sábado, 10 de mayo de 2008

Fiesta Del Pijama 1ª Parte

Nuestros novios se habían ido a una despedida de soltero, y nosotras decidimos hacer una fiesta por nuestra cuenta. Pero al final solo éramos tres las dispuestas a divertirnos, una de mis mejores amigas, y la novia de un amigo de mi novio, una chica con la que no tenemos mucha confianza, y que siempre me ha parecido muy soberbia, de las que suelen mirarnos a las demás chicas por encima del hombro. Les propuse ir a mi casa esa noche, y organizar las tres una fiesta del pijama. Mi amiga, Mely, aceptó entusiasmada, y la otra chica, Vanesa, también aceptó, pensando que era una buena excusa para conocernos mejor.

Antes debo decir que me gustan los hombres, tengo novio, ya lo he dicho, y disfruto muchísimo follando con él. Pero no me importa hacerlo con otra chica, siempre que me guste y sea atractiva, y Mely lo es, y mucho, por eso ella y yo hacía tiempo que éramos mucho más que amigas. Hubiera preferido ir a mi casa solo con Mely, y pasar toda la noche las dos juntas en una cama, pero ya que se había apuntado Vanesa, no quería decirla que no. Además, sentía curiosidad por ver si se unía a nuestros "juegos"; es soberbia y prepotente, pero es muy guapa y tiene un cuerpo estupendo, con dos tetas enormes, y me moría por comérselas.

Llegaron a mi casa juntas, cuando ya había anochecido, con bolsas con bebida y comida, y los pijamas, claro. Lo primero que hicimos fue ponernos los pijamas. Vanesa se metió en una habitación ella sola para cambiarse y Mely y yo nos fuimos juntas al dormitorio. Mientras nos cambiábamos aprovechamos para acariciarnos y besarnos un poquito. Mely estaba tan caliente como yo. Yo me puse un camisón semi transparente de tirantes muy cortito, sin sujetador; y Mely un pijama conjunto de camiseta de manga corta y faldita muy corta rosa con dibujitos estampados, se quitó la ropa interior, incluso las braguitas. Estaba espectacular, la camiseta se pegaba a sus tetas y le marcaba los pezones, no pude resistirme y le acaricié el culito por debajo de la falda y ella me respondió con un beso profundo en mi boca. Fuimos al salón y encontramos a Vanesa preparando la bebida y la comida, vestida con un camisón largo muy poco provocativo, con ropa interior, y mirándonos como si fuéramos dos putones. Esa mirada llena de superioridad y desprecio me llegó al alma, me dije que esa noche se acordaría de ello y se arrepentiría.

Nos sentamos en la alfombra y nos servimos las primeras bebidas. Empezamos a charlar y reír muy agradablemente. Con el alcohol nos sentíamos cada vez más animadas y sueltas, y empezamos a hablar de nuestros novios, de cómo eran sus pollas y cómo follábamos con ellos. Nos reíamos mucho. Le ofrecí una copa más a Vanesa, pero dijo que ya había bebido bastante y no quería más, pero la convencí, quería emborracharla y humillarla. Cuando llevábamos ya mucho alcohol y tabaco encima, empecé a acariciarle un muslo a Mely. Vanesa me miró extrañada. La acaricié un pecho y ella me dio un beso en los labios. Vanesa nos miró con repugnancia.

-¿Es que nunca lo has hecho con otra chica, Vanesa?, le pregunté para provocarla.

–Por supuesto que no, eso es asqueroso.

–Pues a nosotras nos gusta mucho, le dijo Mely.

Me acerqué a Vanesa y le puse la mano en su enorme pecho y empecé a acariciárselo:

-¿No te gustaría probarlo con nosotras?

Me apartó la mano con fuerza y me dijo que aquella broma no le gustaba, que estábamos todas muy borrachas y que era mejor que nos fuéramos a la cama a dormir. Cada vez la odiaba más, nos trataba como crías y ella la única adulta del grupo. Pero accedimos y nos fuimos a acostar, le pedí que nos perdonara, que no había sido más que una broma entre amigas y ella se suavizó un poco. Ya habíamos acordado que dormiríamos las tres juntas en la cama grande, para seguir hablando juntas de nuestras cosas. Conseguí convencerla de que al menos se quitara el camisón y se quedara en ropa interior, nos acostamos y apagamos la luz.

Vanesa estaba en el centro, entre las dos. Me quité el camisón y las braguitas. Ella lo notó pero no dijo nada. Me arrimé a ella para que sintiera mi cuerpo desnudo. La notaba nerviosa. La acaricié su pierna con mi pie y la puse una mano en su pecho. Me dijo que ya estaba bien, que no quería más juegos de lesbianas.

-¿Sabes?, me gusta mucho tu cuerpo, pero no me gusta nada tu actitud. Le dije muy seria.

Ella me miró extrañada.

–He intentado hacerlo por las buenas, te he dado la oportunidad de divertirte con nosotras y nos has despreciado, así que ahora lo vamos a hacer por las malas. Y diciendo esto la agarré con fuerza de las muñecas y me senté encima de ella. Vanesa todavía no entendía qué estaba pasando, y enfadada me dijo que la soltara.

Mientras, Mely la quitó las bragas. Vanesa estaba furiosa, dijo que la broma ya había ido demasiado lejos. Yo le pregunté si de verdad creía que aquello era una broma y me agaché para besarla; ella cerró con fuerza los labios y yo se los repasé con mi lengua.

-¡Abre la boca, puta!

Mi tono y mi insulto la asustaron y empezó a darse cuenta de que aquello no era ninguna broma, y más cuando notó la lengua de Mely en su raja. Vanesa abrió la boca para decirle que la dejara, y yo aproveché para pegar mi boca a ella y meterla la lengua dentro, pero la cerró con brusquedad casi mordiéndomela. Me puso furiosa. La abofeteé con fuerza en la cara. Se quedó tan sorprendida y asustada que esta vez no impidió que mi lengua entrara en su boca y la besara, después eché mi saliva dentro de su boca y la dije que se lo tragara. Mely nos había observado excitadísima y también la besó y la escupió en la cara.

Bueno hasta aquí os cuento lo que le hicimos os lo diré mañana os aseguro que os vais a excitar muchísimo.

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