domingo, 28 de octubre de 2007

Intercambio de Parejas 3ª Parte

Bien aquí esta lo prometido hoy os voy a contar como termino por fin nuestra experiencia de cambio de pareja de la cual yo estaba disfrutando mucho.

Dejamos la conversación y tiró la ruleta Verónica. Al corresponderle el color verde perdió su sujetador y nos mostró sus pechos, que estaban en concordancia con su esbelto pero delgado cuerpo.

A mí novio le tocó el color azul y tuvo que cambiar su posición con la rubia, con lo cual volvía a tirar de nuevo ella. Esta vez le tocó tomar una tarjeta de suerte: “Puedes pedir el mandato que quieras y a quien quieras”, leyó Verónica.

- ¡Uhmm! Una tarjeta interesante - dijo sonriendo, mirándonos a todos con unos pícaros ojos.

Mi novio dijo que ya había salido aquella tarjeta, pero por lo visto la que recordaba, que le había tocado a Juan, era otra que decía algo parecido pero referido a la persona situada a su derecha. Verónica dijo que elegiría al azar la persona que haría la prueba y pidió un número a cada uno, del 1 al 3. Cuando yo dije “tres” me dijo que era la elegida.

- ¿Qué tengo que hacer? - pregunte dispuesta.

- Haber, haber... primero vamos a ver como estás - dijo Verónica sonriéndola y alargó seguidamente sus dedos hacia mi sexo.

- ¡Uhmm! Esto está más mojadito que antes... - dijo mirándome, que me ruborice de nuevo.

-Bueno, creo que ya sé lo que necesitas... si tu novio te deja, claro - dijo finalmente.

- ¿El que? - pregunto.

- Que haga un “donuts” - respondió Verónica.

- ¿Qué es un donuts? - le pregunto ahora sorprendido.

- Un “donuts” es que tenga una polla en la boca y otra, al mismo tiempo en el coño.

Sorprendido por lo que me pedía me miro en busca de mi parecer. Yo sonrei y con timidez eleve los hombros, como diciendo que dependía de él.

- Deja que lo haga - le miró la rubia buscando su aprobación

-Tiene ganas, ¿no lo ves? - acabó diciéndole.

Yo enrojecí otra vez con el comentario y mi novio flipaba de pensar que pudiera llegar a atreverme a hacer esto.

- ¿Quién estaría a un lado y quien en el otro? - pregunto precavidamente a la chica.

- Sonia te chupará a ti y mientras tanto Juan la follara - respondió Verónica como si nada. Se rió nerviosamente y me miro estupefacto. Yo le sonreí con inocencia.

Y Verónica dijo: - Deja que lo haga. No la cortes. Ella está dispuesta a hacerlo, compruébalo tu mismo, y cogiendo su mano derecha le hizo poner un dedo dentro de mi sexo. Lo noto más que húmedo, humedísimo y me miro sorprendido. Yo volví a enrojecer.

- Esto no significa que quiera hacerlo – me excuse entonces.

- Tampoco que no quieras - me dijo sonriendo la rubia -¿O no? - me preguntó.

- Nunca lo he hecho con nadie que nos sea mi novio. Nos conocemos desde hace muchos años, el me desvirgó - explique - No lo haré si él no quiere.

Estaba en lo mismo que antes. Había dicho “si el no quiere”, o sea estaba dispuesta a hacerlo, si el me dejaba.

- Venga no seas moro - se atrevió a decirle entonces Verónica sonriéndole - Si sólo de pensar en verla haciéndolo ya estás trepando - señaló su empinado miembro.

Las miradas se posicionaron en él. Efectivamente, lo tenía duro. Una extraña reacción se había producido en el momento en que había puesto el dedo en mi chochito y lo había notado tan humedecido. Había sido una sensación desconocida en verme así, tan caliente y se excitó sobremanera. No tenía argumentos demasiado validos.

- Bueno, que lo haga - dijo entonces ya sin pensarlo.

- ¡Bien! - exclamó Verónica animada. Luego fue diciendo como debíamos ponernos. Le indicó a mi novio que se sentara apoyado en la pared, mientras Juan iba hacia su ropa en busca de un preservativo. A mí me dijo que me pusiera frente a mi novio, en la posición de perro y que empezara a chuparle el miembro. Yo antes le bese con ganas en la boca y luego baje mi rostro hacia su pene. Verónica se había quedado a su lado y me miraba como succionaba su miembro.

- Mira tu putita que bien chupa - le dijo la chica entonces.

Yo levante mi vista hacia ella, sonriéndola por el comentario y seguí con mi trabajo bucal. Verónica volvió a hablar:

- Mira a tu putita como se la pone toda en la boca... mira con que gusto te la chupa.

Mi novio tenia que reconocer que le ponía caliente lo que iba diciendo, mientras observaba los movimientos de mi boca absorbiendo su pene.

En aquel momento Juan se acercaba de rodillas por detrás de mí, por encima del colchón, con su empinado miembro embutido en un preservativo. Al llegar a mí, me puso una mano en mi sexo, acariciándomelo y yo instintivamente gire mi rostro mirándolo. El chico sin demorarse, seguidamente apuntó su pene y lo introdujo lentamente, manteniéndolo un rato dentro. Yo al notar como era penetrada moví hacia delante mi cuerpo, acompañado de un ligero gemido, apartando por un momento mi boca de la polla de mi novio.

- Mira que cara de gusto pone tu putita - le dijo Verónica, haciendo que mirara mi rostro.

Estaba con los ojos bien abiertos y la boca también lo estaba.

- Mira a tu putita que cara de sorpresa y de placer a puesto.

Juan tiró hacia atrás su cuerpo y luego lentamente de nuevo hacia delante. Yo con la polla en la mano, gemí de nuevo al notar la siguiente entrada de la polla de aquel chico en mi sexo, moviendo ligeramente mi cuerpo para adelante, como amortiguándome y bajando mi rostro ligeramente.

El chico repitió los mismos movimientos suaves con las tres o cuatro siguientes entradas de su duro miembro en mi chochito. Yo gemía levemente en cada una de las primeras entradas y luego, viendo que ya soportaba el placer, reprendí el chupeteo a su duro pene. Seguidamente los movimientos de Juan fueron un poco más rápidos y Yo volví a dejar de chupar su miembro, sujetándolo con una mano, gimiendo ostensiblemente y bajando mi cabeza entre sus piernas.

- ¡Ahh! ¡Ahaa! - escuchábamos todos los gemidos que profería.

Verónica habló de nuevo. - Mira tu putita... mira a tu putita como folla - decía mientras oíamos los gemidos que iba profiriendo.

- Mira como le gusta que la follen... mira sus tetas como se mueven - iba diciendo, y empezó a acariciarme los pechos por debajo de mi cuerpo.

- Mira tu putita que pezones más endurecidos tiene y como se le mueven los pechos... al compás del folleteo que le hace Juan... mírala... mírala.

Yo ahora mi novio estaba muy excitado. Yo levante mi rostro mirándole, gemía cada vez fuertemente y mi rostro reflejaba el placer que estaba sintiendo.

- Mira que cara de gusto pone - seguía hablando Verónica también mirándola - Mira la muy guarrilla como se deja follar por otro y le gusta que la veas, así... bien guarra... bien putilla - seguía diciendo Verónica, con una de sus manos acariciando mi pelo y con la otra moviéndola por mis tetas.

Yo ahora gemía muy fuerte, y miraba a Verónica y a mí novio, con una cara de placer que parecía insoportable. Se incorporo un poco e hizo que le besara. Lo hice con ganas, moviendo mi lengua, que noto con el sabor de su miembro, mientras Verónica seguía acariciándome el pelo y los pechos, que se me movían al compás de las embestidas ahora más rápidas de Juan.

Dejé de besarlo. Yo ahora gemía fuertemente y volví a ponerme su polla en mi boca. Juan con los ojos cerrados se movía adelante y atrás con un ritmo constante. Vi que Verónica se desprendía del sujetador y colocaba una de mis manos en contacto con sus pechos.

- Mira... mira a tu putita como toca mis tetas - le hizo mirarla - Míra que cara de gusto tiene... - acabó diciendo en el momento en que yo para aguantar mejor las embestidas apoyó la mano que tenía en sus pechos otra vez en el colchón.

Verónica seguidamente se levantó, se bajó su braguita y apoyada de pie en la pared, hizo poner mi mano en contacto con su chochito. Yo lo acarició, mientras seguía chupando su pene.

- Mira como toca mi chochito... mírala como me toca - le hizo mirar hacia su sexo Verónica.

En aquellos momentos mi novio estaba super caliente. Verónica apartó su sexo y se giró hacia mí novio, poniendo una pierna a cada lado de su cuerpo. Luego puso su sexo en contacto con su boca. Empezó a chuparle sus labios vaginales. Ella manteniéndose de pie, apretaba su sexo contra su boca, aprisionando su rostro entre ella y la pared que tenía detrás.

- Mira a tu novio como me chupa el chocho - oí sin ver nada más que la cercana piel de la rubia, como hablaba.

Mientras estuvo restregando y moviendo su chochito contra su boca, le hizo poner sus manos en cada uno de sus pechos, y apretaba su cuerpo hacia delante, apretándolo contra la pared y contra su cara. La chica parecía muy excitada. Mi novio no veía nada, solo su cercano pelo rubio frente a sus ojos. Levanto los ojos hacia arriba y vio el volumen de sus pechos en sus manos, magreándoselos. Por otro lado notaba la mi mano y a veces mi boca en su polla, pero no me veía a mí. Por el contrario si me oía gemir con evidente gusto.

- ¡Aaahaah! ¡Aaahhah! - gemía. Verónica apartó su cuerpo y entonces me vio por un momento. Seguía en la misma posición, con Juan detrás de mi follándome.

El chico estaba con los ojos cerrados y me tenía cogida con sus manos por la cintura y me movía regularmente hacia él, enchufándome su polla y luego la empujaba hacia delante, apartándola. Estaba con el torso sudoroso y mantenía un ritmo constante y regular. Verónica volvió a taparle la vista, ahora se había puesto de espaldas a el, con los pies a cada lado de su cuerpo y dirigió mi boca a su sexo. Se giró hacia él y le hizo verla.

- Mira tu putita como me chupa el chocho... que bien que lo hace... mira que bien mueve su lengua en mi chochito... ¡uhm! Que gusto - le iba diciendo.

Luego alargando una mano por encima de mi cuerpo, fue dando palmadas en mis nalgas.

- ¡Plaff! ¡Plaff! ¡Plaff! - oía el sonido mi novio, sin poder ver mi cara, ya que su visión era la de los glúteos de Verónica, inclinada hacia delante, mostrándole un poco su sexo. Si oía mis fuertes gemidos, mientras la rubia seguía pegándome.

- Le gusta que la pegue, ¡uhm! Que chica más mala, ¡Plaff! ¡Plaff! - oía y hablaba Verónica pegándome cachetazos a mis nalgas, mientras yo gemía fuertemente.

A través de las piernas de la rubia, pudo verme ya no le comía el coño y estaba de nuevo apoyada con las manos en el colchón, gimiendo, mientras Verónica seguía pegándome:

“Plaff!,“Plaff” se oía. Se excité mucho más mi novio y puso su mano en aquella rendija abierta entre las piernas de la rubia, restregándole el chocho con avidez.

- ¡Uhmm! Mira, mira lo que me está haciendo tu novio... - dijo Verónica incorporándose para que yo viera mejor su mano en su sexo

- Por lo visto le excita oír como disfruta su putita... mira como me toca... mira que ganas tiene de chochito - hablaba Verónica.

Yo gemía más y más. Nunca había disfrutado de aquella manera. Saco su mano del sexo de Verónica y cogiéndola de la cintura la empujo hacia abajo. Deseaba follarla. Ella notó su presión en su cuerpo y adivinó lo que quería. Se bajó un poco, doblando sus piernas y acercando su sexo a la punta de su pene.

- Mira... mira... quiere que ponga mi chochito en su polla. ¿Le dejo hacerlo? – preguntó.

-Mira ya entra un poco - decía Verónica con su sexo ya un poco abierto situado en la punta de su erecto miembro. Se posicionó un poco mejor, apoyándose en una de sus piernas.

- Mira, ya casi entra - le mostraba su polla con la punta introducida levemente en su sexo, mientras ella seguía gimiendo.

- ¡Ahhhh! ¡Ahhh! - oía los fuertes gemidos sin poder verla. Vio entonces mi mano puesta sobre el hombro de Verónica, empujándola hacia abajo.

- ¡Uhmm! La putita quiere ver como follo a su novio - dijo Verónica - Mira la putita aprieta para que baje mi cuerpo - le dijo antes de hacerlo y luego se bajó por completo

- Mira como ha entrado - dijo uno vez ensartado su pene en su sexo. Mi novio noto como su caliente y duro miembro penetraba en sus paredes vaginales.

Vio a Juan por encima del hombro de Verónica, que los miraba, con su torso lleno de sudor y seguía con sus movimientos entrando su miembro en mi sexo, mientras yo seguía gimiendo con rítmicos sonidos.

- ¡Ahh! ¡Ahh! ¡Ahh! La rubia volvió a hablar. - Mira la he entrado hasta el fondo - le señaló Verónica mi sexo, mientras me acariciaba su pelo y me besaba en la boca.

- Querías verme así, eh putita - me dijo, besándome con ganas. Luego movió sus piernas y sin quitarse el pene de dentro de su caliente chocho, se resituó en su incómoda postura, poniéndose ahora de rodillas sobre el colchón.

- Se esta bien con la polla de otro en el coño... da gusto intercambiarse las pollas... eh! putita. Que gusto te da que te folle otro, eh... - añadió luego se giró un poco.

- Mira a tu putita... - apartó a un lado su cuerpo para que me viera - ...mira que cara de placer que pone. Mira que cara de gusto pone tu putita cuando la folla otro.

Crucé mi vista con la de mi novio, tenia los ojos vidriosos y estaba muy sudorosa, parecía extenuada de tanto placer, como si estuviera aguantando más de lo que podía resistir. Se excitó verme así y empezó a empujar su polla hacia arriba, con rítmicos movimientos. Verónica notó enseguida estas entradas en su sexo.

- Mira como me folla... mira como entra su polla en mi chochito - iba diciendo Verónica. En aquel momento sin poder aguantarse más, se estaba corriendo dentro de ella.

Verónica gemía ahora y movía su cuerpo arriba y abajo, pero no se había dado cuenta de esto. Mi semen iba saliendo y se quedaba dentro de su caliente sexo, saliendo un poco de él en cada uno de sus movimientos. El ya había parado y ella seguí moviéndose arriba y abajo.

- Mira como follo, mira... putita, como me follo la dura polla de tu novio... mira... mira... - iba diciendo Verónica moviéndose ahora muy rápido.

El ya no podía más, le empezaba hacer daño el pene y ella gimiendo fuertemente siguió tres o cuatro veces más, mientras seguía hablando.

- Mira... mira... como me corro... mira como me estoy corriendo - dijo finalmente parándose, besando con ganas mi boca.

Juan luego empezó una serie de embestidas fuertes, mucho más rápidas. Yo seguía gimiendo pero ahora más seguido.

- ¡Aaahhh! ¡Aaahhh! ¡Aaahhh! - se me oía mientras Verónica me besaba en la boca, en el cuello y me acariciaba mis pechos. Juan por lo visto también se había corrido y dejó su cuerpo apoyado en mi espalda. Yo aún emitia algunos ligeros gemidos y después cuando finalmente Juan sacó su miembro de dentro de mi sexo, apoye mi cabeza en sus piernas.

- ¡Uahhh! - dijo por fin descansando. Juan se apartó y visiblemente agotado y se estiró junto a nosotros. Verónica se salió del ya flácido miembro y se tumbó al lado de él, descansando también.. Estuvimos así unos momentos sin que nadie dijera nada. Me incorporé un momento y besé a mi novio en el cuello.

Estaba muy cansada y solo me movió para mirarle y dejarle claro que aquello había demasiado para mí, volviendo a bajarla seguidamente la cabeza, acostándola en el colchón.

Se tumbo a mi lado, con su brazo rodeándome y yo acerque mi rostro al suyo. Al cabo de un rato hablamos unas palabras. Le besé ahora más cómodamente.

Después de otro minuto, Verónica preguntó como estábamos y desde nuestras respectivas posiciones intercambiamos unas palabras con aquella pareja. Al cabo de un rato nos fuimos juntas a las duchas, mi novio se quedo hablando con Juan. Al regresa, aún sin vestirnos, hablamos un rato sentados sobre el colchón. Estuvo bien que habláramos porque se aclararon muchas cosas.

Verónica explicó que para un intercambio de parejas era imprescindible que las chicas estuvieran bien entre ellas, sino era imposible que sucediera nada. Sabiendo que nunca habíamos hecho nada de eso, Verónica dijo que al principio se había centrado conmigo para facilitarme nuestro “estreno”. Yo reconocí este hecho, de la complicidad que había habido desde un inicio entre nosotras.

Dije que si no me hubiera sentido bien con Verónica nunca hubiera permitido que pasara algo así. Por su parte mi novio, al conocer que Verónica había utilizado esta estrategia con nosotros alivió su estado emocional. Ya en el hotel, a sola. Hablamos mucho rato de lo sucedido. Me explico su inicial estado cuando me había visto, haciendo el “chupa-chups” con ellos dos, y se sintió mal de haberme hecho pasar aquel mal rato sin saberlo.

Aclaramos muchas cosas. Le dije que me había corrido unas seis o siete veces. La primera de ellas mientras Verónica me chupaba en la prueba del “chupa-chups” y las demás cuando Juan me estuvo follando, con las palmadas de Verónica, cuando le vio chuparle el sexo, al follarla, etc... Los dos nos calentamos explicando lo sucedido e hicimos sexo con mucho deseo, pasión y complicidad. Hubo una cosa de la que nos arrepentimos mucho luego:

No haber utilizado preservativo con Verónica y haberse corrido dentro de ella. Sin preservativo podía haberse contagiado algo y si el caso hubiese sido al revés, que Juan no hubiera utilizado preservativo podía haberme quedado en estado, ya que nosotros no utilizábamos ningún sistema de control. O sea, que ahí va mi consejo: “si jugáis a los Schnipps llevar siempre preservativos, por si acaso”.

Invitamos un mes más tarde a Verónica y a Juan a nuestro apartamento. Yo compré los juegos Schnipps y les dimos una sorpresa cuando los mostré después de la cena.

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