viernes, 26 de octubre de 2007

Intercambio de Parejas 1ª Parte

Hace ahora dos meses con mi novio y con otra pareja jugamos a unos juegos eróticos llamados Schnipps (son unos juegos eróticos que se juegan con una ruleta y un tablero). Aquella noche resultó muy rara para mí, ya que no estoy acostumbrada a eso juegos.

Estábamos en una boda. Nos habían sentado en una mesa con otras cuatro parejas de edades que iban de los veintiséis, hasta los cuarenta y pico que tendrían Fabián y su mujer, sentados al lado mio. Ya en los postres, en medio de la conversación de la mesa, salió el tema del intercambio de parejas, que había salido en un programa de televisión. Alguien comentó que no muy lejos del restaurante en el que estábamos había un Club de esos. No se volvió a hablar más del asunto.

Tomamos café y luego empezó el baile. Al cabo de una hora, cerca de la una y medía, Fabián vino hacia nosotros y nos dijo que varias parejas iban a fisgonear al Club de intercambio que había cerca, para ver como eran estos locales. Con mi novio nos animamos a acompañar al grupo, más por curiosidad que por otra cosa, ya que nunca habíamos planeado nada de eso.

Fuimos cuatro parejas, tres de nuestra mesa y otra, amigos de Fabián. Subimos a nuestro coche y luego nos pusimos detrás del vehículo que iba a hacer de guía. Llegamos en poco menos de 5 minutos. La entrada era muy discreta y con mucho nerviosismo las 4 parejas entramos. Después de dejar las chaquetas en el guardarropa pasamos a la zona del bar. Habían varias parejas, algunas hablando entre ellas y otras solas, que nos miraron de arriba a bajo. En un televisor se proyectaba una película pornográfica. Nos colocamos en una punta de la barra y pedimos bebidas, mientras observábamos todo.

Después de un rato, ya más adaptados y menos nerviosos por atrevernos a entrar en uno de estos clubs, nos animamos a traspasar la cortina que separaba aquella zona, acompañados por la chica, supuestamente la dueña, que nos hacia de cicerone, explicando lo que veíamos.

Primero fue una zona de baile, donde varias parejas bailaban muy agarradas una lenta melodía. Luego al lado, una zona de sofás con varias parejas hablando y otras dos parejas con “más acción”. Luego lo más fuerte, una zona con distintos colchones extendidos a poca distancia del suelo, donde se veía una mezcla de cuerpos desnudos entremezclados.

Finalmente, la chica nos mostró varias habitaciones vacías, en las que se veía un enorme colchón, un sofá a un lado, una mesita, etc..., y nos dijo que eran reservados, que iban a parte del coste de la entrada. Al lado de estas habitaciones nos señaló unos servicios, con duchas, lavabos, toallas y taquillas numeradas para dejar la ropa.

Regresamos de nuevo a la zona de bar, sin dejar de mirar de nuevo la zona “caliente”, en la que apenas se distinguían los cuerpos y en los que se oían diversos gemidos de placer. Ya en la barra, entre risitas comentamos lo que habíamos visto. Una de las parejas de nuestro pequeño grupo se fue al cabo de unos diez minutos y las otras seguimos hablando, con discretas miradas a la pantalla del televisor, a las parejas que entraban y las que se movían por ahí.

Quince minutos más tarde Fabián y la otra pareja que había venido con ellos, dijeron de irse. Yo acababa de pedir un par de copas más. Las mostré llenas y dije que nos quedábamos a terminarlas. Yo sin el apoyo del grupo me sentía incómoda y le pedía que me hablase para no quedar tan expuesta a las parejas que estaban cerca de nosotros y no nos quitaban sus indiscretas miradas.

Por otro lado mi novio tenía ganas de ir al baño y yo no quería que se alejase de mi lado. Al fin accedí y me quedé sola en la barra.

Mi novio se cruzo con una pareja de nuestra edad que salía de las cortinas. De regreso vio que esta pareja estaba hablando conmigo. Se acerco un poco mosqueado.

Ellos entonces muy cordialmente se presentaron, Verónica, la chica y Juan, el chico. Ella era rubia, con unos bonitos y picarones ojos verdes y él moreno, atlético y de la altura de mi novio.

Estuvimos hablando un rato y con mucha sinceridad nos dijeron que ya pensaban irse porque la gente aquella noche era más mayor de lo que ellos buscaban y que la única pareja que les atraía éramos nosotros.

Mi novio y yo les dimos las gracias por el cumplido, pero les dijimos que no hacíamos nada de esto y que habíamos venido por casualidad, explicando lo de la boda. Verónica, bastante lanzada, me tomó de la mano, así como admirándome, separándome de ella y dijo:

- Es una lástima que os vayáis, una chica tan guapa y elegante como tu, y con este bonito y perfecto cuerpo, no se ve muy a menudo.

Yo me puse colorada como un tomate. Realmente soy atractiva, y con aquel vestido que me llegaba a los pies, seme veía realmente espléndida. Yo me reí sin poder evitar mi evidente nerviosismo ante aquel piropo y finalmente ella también se rió.

- Podríamos haceros una pequeña introducción - dijo Juan.

- ¿Introducción? – pregunto mi novio ahora un poco mosqueado. Verónica se rió.

- No utilices la palabra introducción o los vamos a asustar - le dijo a su acompañante, sonriendo.

Luego nos explicó: - Se refiere a hacer algo erótico pero sin llegar al intercambio. Nosotros no vamos a saco y puede ser excitante para vosotros. Por ejemplo una partida con los Schnipps podría ser divertido ¿Qué os parece?

- ¿Qué son los “chips”? - pregunte haciéndo reír a todos.

Se aclaró entre risas lo del nombre de estos juegos, que eran los Schnipps y mi novio los conocía de haberlos visto anunciado en algunas revistas. Verónica y Juan eran muy agradables, atractivos y sobre todo parecían simpáticos. Verónica además, persuasiva ya que al cabo de cinco minutos había conseguido que mi novio y yo nos miráramos para darles una respuesta a la proposición con la que seguía insistiendo. Juan sin esperar nuestra respuesta ya estaba pidiendo los juegos a la chica que servía las bebidas. Se los entregó por encima de la barra. Verónica al verlos, sin que nosotros hubiéramos dicho todavía un claro “sí” a jugar, me cogió de la mano e hizo que la siguiera.

- Venga. Ya tenemos los juegos - dijo llevándome, traspasando con ella las cortinas. Juan dijo a la camarera que le apuntaran en su cuenta la habitación grande.

Mi novio nos seguía, sorprendido por entrar ahí sin haber aclarado lo que íbamos a hacer, mientras Juan, detrás, le decía de no sé qué. Verónica me hizo entrar a una de las habitaciones que habíamos visto con el grupo. Mi novio entro siguiéndome y Juan cerró la puerta tras de el con llave.

- ¿A cual jugamos? - preguntó el chico a su novia, dejando los juegos sobre el gran colchón.

- Lo hacemos a suertes - respondió ella mientras se sacaba los zapatos, y luego me indicaba que hiciera lo mismo y las dos nos subíamos en el colchón. Yo me situé de espaldas a la pared, apoyándome en ella y Verónica a mi izquierda, puesta de rodillas.

Juan se sentó frente a su novia, al lado derecho mió y mi novio se sentó en la punta del colchón, con los pies en el suelo, frente a mi que me miraba expectante, buscando con ello la seguridad que esperaba de mí, pero que yo desde luego tampoco tenía. Juan había abierto la caja de los juegos y había sacado una ruleta. Le me pidió que le diera la vuelta. Una pequeña bola metálica rodó sobre los números y se posó sobre el 21.

- Perfecto, es el juego de “la telaraña” - dijo mirando en las instrucciones.

Yo le pregunte de que se trataba y él explicó que iba básicamente de cumplir los pedidos que mandasen las tarjetas de suerte, que ahora le mostraba en su mano.

- ¿Qué pedidos? ¿A ver? –le pregunte con la intención de leer las tarjetas.

- Son sorpresa - me respondió el chico, sonriéndome, apartando las tarjetas, impidiendo que las leyera.

Crucé mi mirada con la de mi novio y con sus ojos entendí que sentía el mismo temor que yo de vernos donde estábamos, sobre un colchón de una extraña habitación... a punto de jugar a un desconocido juego erótico, con una pareja que no conocíamos de nada... Verónica, la recién conocida chica, supongo se apercibió de ello. Nos mostró una bonita sonrisa, y nos miró con sus bellos ojos, picarona pero al mismo tiempo como sintiendo empatía por nosotros.

- ¿Les damos ventaja? - preguntó a Juan.

- Por lo que veo es la primera vez que juegan a un juego de esos.

Luego dirigiéndose a nosotros, añadió:

- Mira, cuando habéis dicho que no estabais en el ambiente pensé que era como otras parejas que vienen por aquí y dicen lo mismo, y luego resulta que no es del todo cierto, pero veo que vosotros realmente estáis muy verdes. No vamos a hacer nada que no queráis hacer ¿vale? Nosotros con vosotros actuaremos con absoluta normalidad, según lo que sintamos, pero vosotros ponéis el freno, cuando queráis.

Esto me agradó, me sentí más confiada con ellos y así lo dije. Mi novio después de mí, utilizando distintas palabras, también agradeció la consideración que tenían con nosotros y los dos aparentemente nos sentimos más cómodos. Nos dieron la ventaja de que hablaban. Nos dijeron que ellos iban a tirar 3 jugadas cada uno, antes de que empezáramos nosotros, y nos entregaron un comodín a cada uno, para canjearlo “cuando no quisiéramos cumplir alguna prueba”. Yo cogí el mió y me lo puso junto a mi, sobre el colchón y mi novio puso el suyo en el bolsillo de la camisa.

Juan completó con rapidez las explicaciones del juego. Cada número que saliera en las tiradas de la ruleta se correspondía a un color marcado en el tablero de juego. Si era verde se perdía una prenda de ropa, azul nos cambiábamos de sitio, rojo se debía coger una de las tarjetas de suerte y cumplir lo que mandaba, etc.

Tiró seguidamente él mismo la ruleta. Le salió verde y se sacó el jersey que llevaba puesto, dejando su torso al descubierto. Verónica, la rubia, sonriendo y mirándonos, tiró seguidamente la ruleta y le salió un número que se correspondía con el color rojo. Levantó una de las tarjetas y la leyó. Luego me miró.

- No hemos hablado si te gustan las chicas - me dijo.

- ¿Que quieres decir? – pregunte extrañada por la pregunta.

- La tarjeta dice que tengo que besarme, contigo, “la persona situada a mi izquierda” - me respondió

- A mí me gustan las chicas ¿y a ti?

- me preguntó. Yo respondí que nunca había hecho nada con una chica.

- ¿Yo te gusto? - me preguntó de nuevo.

Yo le respondí "que era muy guapa.." ...pero, claro" de esto a otra cosa..., no sé..."

. Ella entonces me dijo que probara si me gustaba, dándome el beso que pedía la tarjeta. Y una vez dicho esto, sin más demora besó tiernamente los mis labios. Seguidamente se apartó y me preguntó:

- ¿Que tal?

Yo respondí “bien”.

Verónica volvió a besarme y ahora sus labios se mantuvieron en contacto unos 12 segundos. Esta vez yo abrí su boca y engarzamos nuestras lenguas.

- ¿Y ahora que tal? - me volvió a preguntar, al apartar su boca, mirándome.

Yo estaba muy colorada, sonreí y le dije "Bien... muy bien".

Luego mire a mi novio, en busca de su reacción. El no se creía lo que veía, ya que a mi parecía haberme agradado el beso hecho con la rubia y para el era una faceta desconocida que me gustasen las chicas.

Verónica volvió a besarme, esta vez el beso duró mucho más rato. A mi me gustaba soberanamente, ya que correspondía a los movimientos de boca que me hacia la chica y cambiamos varias veces de lado sus rostros. La rubia, por supuesto lo debía notar, ya que empezó a acariciarme el pelo y luego sin recato los pechos por encima del vestido.

El beso duraba ya mucho y mi novio tuvo que decir que el minuto que pedía la prueba se había terminado.

- !Ufff! -resople, con el rostro muy colorado, al apartarme de Verónica, visiblemente nerviosa, poniéndome bien el vestido.

- Besa muy bien - le dije a mi novio seguidamente mirándole, con su rostro todavía sorprendido.

Mi novio flipaba de verme así, tan atrevida pero no dijo nada. Seguimos con el juego, Juan en su tirada perdió otra prenda y se quedó en calzoncillos. A Verónica también le tocó el color verde, se desprendió de su blusa y se quedó con un bonito sujetador. A la siguiente jugada Juan tuvo que cambiarse de lugar con mi novio y descalzándose de los zapatos, se situó a mi lado, más en el interior del colchón.

Tiró Verónica la última jugada que nos daban de ventaja y le tocó: "Acariciar el sexo de la persona situada a tu derecha". Era el de su novio. No se anduvo en miramientos y deslizó el miembro del chico fuera del slip a la vista de todos. Con agilidad lo fue removiendo con sus manos y al poco rato ganó tamaño. Mi novio me miro y me vio pendiente de la escena.

Aprovecho para preguntarme como me sentía, mientras el también miraba los movimientos que la mano de la rubia prodigaba en aquel pene.

Le respondí que “bien.

¿Y tú, estas bien? Te noto raro”, le dijo seguidamente.

No se atrevió a decirme la verdad, ya que en realidad no estaba sintiéndose del todo cómodo, habiéndome visto besarme con la chica de aquella manera, metiéndome mano en mis pechos sin que protestara, pero me dijo que “también estaba bien”.

El tiempo finalizó y Juan volvió a poner su erecto pene dentro de la ropa de su slip, que quedó visiblemente abultada, y retomó su sitio.

- Bueno, a partir de ahora vosotros también tiráis - anunció él mismo.

Tiro mi novio y perdió la camisa. Tire yo y me tocó cambiar mi posición con mi novio, pasando yo al lado de Juan, y quedándose mi novio ahora en el fondo, apoyado contra la pared. Con este cambio, y para seguir en el mismo sentido en que habíamos empezado, volvía a tocarle a mi novio tirar. Tiro la ruleta y perdió de nuevo una prenda: los pantalones. Tiró seguidamente Verónica y le tocó cambiar su sitio con mi novio y se situó a mi izquierda. Con esto volvió a tocarle tirar de nuevo a mi novio.

- Menuda racha llevo - comento.

Saco nuevamente un número que en el tablero se correspondía con el color verde.

- Joder, otra vez verde - exclamo.

Debía sacarse el slip y quedarse desnudo. Le daba vergüenza hacerlo, siendo el primero en quedar completamente desnudo. Pensó en el comodín que tenía en la camisa. Lo saco del bolsillo y lo mostró.

- Utilizo el comodín - dijo en voz alta.

- ¿Ya? - preguntó Verónica extrañada.

- Sí, ¿por qué? - No por nada, tu mismo, pero quizá sería preferible guardarlo para más adelante - le respondió y luego me miró.

Bueno hasta aquí la primera parte de la historia mañana les seguiré contado como termino dicho juego no se lo pierdan porque esta muy interesante.

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